Para Que Sirve La Cultura Digital?

¿Qué es la cultura digital y cuáles son sus características? – Este es un concepto que describe cómo la tecnología digital y el Internet dan forma a la manera en la que interactuamos como seres humanos. En una organización, esta va más allá del uso diario de herramientas y plataformas.

Ayuda a comprender las necesidades en una sociedad digital y a descubrir cómo adoptar nuevas tendencias.Tiene una alta orientación hacia la innovación, las mejoras y la superación de las limitaciones.Recrea valores e impulsa comportamientos tales como la visión, la curiosidad, la, la flexibilidad y la adaptabilidadUtiliza equipos mixtos que trabajan en comunidades integradas multifuncionalesEs fuerte en colaboración.Convoca a las personas a realizar un aprendizaje y una posterior puesta en práctica de la manera más rápida posible.

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¿Qué es la cultura digital y cuál es su finalidad?

La cultura digital puede ser definida como el conjunto de prácticas, costumbres y formas de interacción social que se llevan a cabo a partir de los recursos de la tecnología digital como el Internet. El avance de la tecnología, ha logrado un desarrollo mundial en distintos aspectos y todos hablan de ello.
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¿Qué es lo más importante de la cultura digital?

Empleo de redes sociales – Las redes sociales cumplen un rol fundamental en la cultura digital, gracias a ella se crean nuevos contenidos, se generan interacciones sociales y se crean costumbres y símbolos que alimentan la cultura. Actualmente, entre las redes sociales más utilizadas se encuentran:

  • TikTok
  • Instagram
  • Facebook
  • Twitter
  • YouTube
  • Tumblr
  • Pinterest
  • Reddit

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¿Cómo influye la cultura digital en la sociedad?

Universidad De Granma – Cuba

  • Localización: Revista de Investigación en Tecnologías de la Información: RITI, ISSN-e 2387-0893, Vol.4, Nº.8, 2016 (Ejemplar dedicado a: Julio-Diciembre), págs.1-6
  • Idioma: español
  • Títulos paralelos:

    Digital culture in modern society

  • Enlaces

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  • Resumen
    • español La cultura digital se concibe como una forma de inversión alternativa para el desarrollo, como una forma de cambio social que va mucho más allá de las formas preestablecidas que se masifica, que se orienta hacia una integración del mundo volviéndose universal. El presente trabajo aborda elementos relacionados con el desarrollo de la cultura digital desde diferentes aristas, partiendo de que las constantes innovaciones en las nuevas tecnologías de la información y de la comunicación las que han jugado un papel como configuradoras de nuevas formas de hacer en lo social y lo cultural; lo que necesariamente influye en el tratamiento de la cultura digital en la vida cotidiana del hombre, en la creatividad e innovación y su importante influencia en el ámbito educacional.
    • English The digital culture is conceived as a form of alternative investment for development, as a form of social change that goes far beyond the pre-established forms that become massive, which is oriented towards an integration of the world becoming universal. This paper addresses elements related to the development of digital culture from different angles, based on the constant innovations in the new information and communication technologies that have played a role as configurators of new ways of doing in the social and the cultural; what necessarily influences the treatment of digital culture in the daily life of man, in creativity and innovation and its important influence in the educational field.
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    ¿Cuáles son las características de la cultura digital?

    Una cultura digital es aquella que abarca el cambio y aprovecha plenamente las inversiones tecnológicas para la obtención de nuevas ventajas competitivas. Maximiza el uso de herramientas digitales como un medio para mejorar el modelo de negocio, la eficiencia operativa e impulsar el servicio al cliente.
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    ¿Cómo se aplica la cultura digital?

    La cultura digital puede ser aplicada en todas las disciplinas y áreas de oportunidad, si bien es sabido que las relaciones sociales ahora comunican a todo el mundo en segundos, la educación es otro de los campos que se ha visto favorecido por el uso de las TICs y las herramientas que permiten un mejor desarrollo en
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    ¿Cuál es la importancia de la cultura digital en la educación?

    Artículos Cultura digital y cambio institucional de las universidades Digital culture and institutional change in universities Alberto Ramírez Martinell * * Centro de Investigación e Innovación en Educación Superior de la Universidad Veracruzana, Xalapa, Veracruz, México.

    • Correo electrónico: [email protected] y [email protected] Resumen: Con la llegada y el posterior arraigo de una cultura digital en las instituciones de educación superior, las comunidades académicas se modificaron.
    • Sus rutinas, formas de gestión, maneras de interactuar y de relacionarse con otros miembros de la comunidad, de investigar, de dar y de tomar clases o de acceder a la información en todos los casos, se vieron permeados por lo digital.

    Pero esto no sólo se da de forma superficial en la universidad, como se suele dar en otros niveles educativos; la profundidad con la que llega a los campos disciplinarios, que es distinta pero notoria en cada caso, es elemental para integrar las Tecnologías de la Información y de la Comunicación en los planes y programas universitarios.

    De acuerdo con los resultados de investigación, la cultura de lo digital en áreas de alta especialización procuradas en la Universidad se refleja en los dispositivos que utilizan los universitarios, los programas informáticos para la manipulación de datos y simulación o las revistas digitales y bases de datos de prestigio y de alta valoración, además de en las formas en que la comunidad académica de una disciplina dada interactúa con estos artefactos digitales, los valora y pone en juego para mejorar sus prácticas disciplinarias y atender una serie de necesidades propias de su campo.

    Palabras clave: Educación Superior; Tecnologías de la Información y de la Comunicación; Cultura Digital; Cambio Institucional; incorporación de TIC Abstract: With the arrival and the popularization of a digital culture in Higher Education Institutions, the academic communities changed.

    1. Their routines, managerial procedures, ways of interacting and relating to other members of the community as well as the forms of engagement in research activities, teaching and information access have been influenced by a digital matter.
    2. But this is not only granted in the surface of the university activities as it happens in other educational levels.

    It arrived with diverse intricacies to the disciplinary fields, different in each case, but still notorious, as it takes part of the Information and Communication Technologies to the University Curriculum. According to research results in the University high specialization areas, the digital culture can be observed in the kind of devices, software or data manipulation techniques they use, the type of journals they read and the ways the academic community of a given disciplinary field interact with the digital items, use and consider them for improving their practices and solving accurate needs of a specific academic field.

    Keywords: Higher Education; Information and Communication Technologies; Digital Culture; Institutional Change; ICT Incorporation Introducción La revolución tecnológica y la cultura digital determinan cambios importantes en las organizaciones, incluidas las instituciones educativas. Las funciones sustantivas de los académicos universitarios han sufrido cambios importantes.

    En la docencia, las herramientas para la presentación de contenidos, las plataformas de aprendizaje distribuido y los motores de búsqueda, así como los repositorios de recursos educativos, son hoy en día recursos comunes para los profesores de prácticamente todos los niveles.

    Las prácticas de producción y distribución de conocimiento también se modificaron a través del uso de software especializado, del acceso digital a revistas especializadas, bases de datos y bibliotecas virtuales y de redes sociales y comunidades virtuales en las que se pueden enlazar académicos, temas y productos de investigación.

    La comunicación y la vinculación actual suceden en redes sociales, mensajeros instantáneos, blogs, wikis y otros espacios virtuales que potencian la procuración de una identidad digital de los académicos. Finalmente, la gestión también ha sido modificada por las Tecnologías de la Información y de la Comunicación (TIC).

    • Las tareas de administración, de cálculo y de logística han mejorado gracias a programas informáticos que las automatizan.
    • La llegada de las TIC a la Universidad Veracruzana ha sido analizada en textos introductorios a los libros Háblame de TIC (Casillas y Ramírez, 2014; Casillas y Ramírez 2015 ; Casillas y Ramírez 2016 ) que abordan el desarrollo de la cultura digital y su impacto en la educación.

    La época contemporánea se distingue por el incesante desarrollo de la revolución tecnológica ―fundada en la digitalización y el uso extendido de las computadoras y el acceso a Internet― que resulta en la conformación de una cultura digital como nuevo referente simbólico.

    El uso cotidiano y la popularización de las TIC en actividades y oficios de todo tipo ha derivado en la construcción de un habitus digital asociado a un sistema de esquemas lógicos o de estructuras cognitivas que organizan las visiones del mundo (o eidos ); un conjunto de disposiciones morales (o ethos ); de gustos y disposiciones estéticas (o aisthesis ); y de posturas, gestos y maneras de ser del cuerpo (o hexis ) influenciados por lo digital ( Casillas y Ramírez, 2018: 321 ).

    Una de las transformaciones sociales más distintivas que ha ocurrido a partir de la cultura digital es la relativa al cambio del sentido de la realidad y de lo virtual. Con este tipo de cultura, la realidad se amplió y se enriqueció con la propia de lo virtual.

    Ahora la realidad de lo físico se complementa de notificaciones del Smartphone y con mensajes y signos de redes sociales, se puede capturar mediante una cámara fotográfica de calidad, cada día mejorada y enriquecida por filtros y ediciones sencillas pero visualmente poderosas y digitalmente socializadas.

    Ahora, a la realidad de lo físico, de lo tangible, de lo presente, la acompañan nuevas realidades: la virtual, la aumentada y la mixta. No la sustituyen, al contrario, sirven para crear nuevas dimensiones, nuevas identidades sociales, nuevos mundos a los que tenemos acceso a través de equipos digitales con acceso a Internet.

    En las universidades está ocurriendo una silenciosa transformación, la base tecnológica de la investigación, de la docencia y de la difusión de la cultura está siendo transformada por el uso masivo de computadoras, mediante imágenes visuales que se proyectan en una infinidad de pantallas y, específicamente, en un cambio radical de instrumentos y de dispositivos físicos, en software especializado, en páginas y bases de información, y en términos de los recursos educativos abiertos.

    Hablamos de una explosión de software especializado que distingue a cada campo o disciplina de estudios. Pareciera una obviedad, pero en realidad las universidades no lo han visto, no lo han reconocido, ni diseñado estrategias o políticas institucionales específicas: siguen empecinadas en una visión general, homogeneizante, con políticas únicas y de alcance universal.

    Nuestras investigaciones nos han conducido a explorar este fenómeno, a enfatizar la perspectiva de las disciplinas en el desarrollo tecnológico, a reconocer cómo cada campo profesional está utilizando software específico, a observar que cada campo disciplinario tiene determinados aparatos y dispositivos, y consulta muy particulares bases de datos, revistas, blogs y fuentes de información ( Ramírez y Casillas, 2015b ); véanse también los reportes sobre los talleres para incorporar las TIC al curriculum disponibles en el blog brecha digital: https://www.uv.mx/blogs/brechadigital/reportes_sd/,

    La base científica del artículo se encuentra en investigaciones sobre la historia de la incorporación de las TIC a las universidades ( Casillas y Ramírez, 2015 ; Casillas, Ramírez, Carvajal, y Valencia, 2016 ) sobre la incorporación de las TIC al curriculum universitario (Ramírez y Casillas 2016; Ramírez y Casillas, 2014 ; Ramírez y Casillas, 2015a y Ramírez y Casillas, 2017); y sobre el cambio en las profesiones y disciplinas que hemos documentado ( Casillas, Ramírez, Luna y Marini, 2017 ; Morales y Ramírez, 2015 ; Martínez, Morales y Ramírez, 2015 ).

    Sobre la base de todas estas indagaciones, el problema del cambio institucional y sus efectos organizacionales se nos revela como el principal obstáculo para la modernización universitaria. Aquí se propone que la incorporación de las TIC en las instituciones de educación superior debe darse de forma reflexiva, legítima e inclusiva, y es necesaria una planificación institucional de un desarrollo tecnológico con base académica, pues consideramos que su incorporación en los campos disciplinarios debe ser el fundamento de cualquier política y estrategia informada tendientes a superar a la vieja capacitación genérica y a las políticas homogéneas de equipamiento y de fortalecimiento de la infraestructura digital.

    La revolución tecnológica Al hablar de una Revolución Tecnológica hacemos referencia a los productos, artefactos y sistemas de carácter digital que en torno a las computadoras, redes, Internet, teléfonos inteligentes y demás aplicaciones están transformando el mundo, las formas en que la información fluye y asimismo los esquemas y medios para la comunicación humana.

    Todos los oficios, y más las prácticas profesionales, están siendo transformados por sendas revoluciones ( Castells, 2002 ): El punto de partida de las políticas TIC propiamente dichas se ubica en los años noventa y está ligado con la integración de la informática y las telecomunicaciones, lo que produce una revolución cualitativa en todos los campos, incluido el educativo.

    Las posibilidades de conexión y de acceso a Internet son centrales en el cambio de paradigma que representan estas tecnologías, en tanto se abre un nuevo espectro de posibilidades para la enseñanza y el aprendizaje, junto con la posibilidad de democratizar el acceso y la inclusión de vastos sectores sociales de la ciudadanía, que hasta ese momento tenían vedada la oportunidad de hacerlo.

    • Las posibilidades de acceso a la información, a enciclopedias y bibliotecas, e incluso la participación colectiva en trabajos colaborativos, crean un nuevo escenario para el desarrollo de la educación.
    • Lugo, López, Toranzos, y Corbetta, 2014: 34 ) El avance tecnológico en relación con la telefonía móvil y el cómputo ha dado lugar a la creación de tecnologías como laptops, tabletas y teléfonos inteligentes cuyas características principales son la portabilidad, la conectividad y la ubicuidad, que favorecen la búsqueda de información, la hiperconexión y el uso de redes sociales digitales.

    A nivel global se observa un incremento en el acceso, la posesión y el uso de dispositivos digitales en prácticamente todos los ámbitos de la vida diaria de las personas, gracias al aumento en la oferta y la diversificación de modelos de los equipos.

    Millones de personas en todos los países utilizan teléfonos inteligentes, se conectan a Internet y participan intensamente de las redes sociales. También es verdad que hay enormes diferencias en términos de acceso, de cobertura, de apropiación tecnológica y a nivel de uso social de las TIC entre los países del primer mundo y en el resto de las naciones.

    Al interior de los países también hay enormes diferencias de orden económico, social, geográfico, de acceso y de apropiación. Sin embargo, ubicados al final de la segunda década del siglo y hasta donde es posible avizorar sobre el futuro próximo, la tendencia general apunta hacia la ampliación de los recursos y los servicios de la comunicación y el intercambio de información, así como del uso social de las TIC en todas las esferas de la vida de los seres humanos.

    La revolución tecnológica ha creado un nuevo mundo simbólico que comprende los modos de pensamiento individual y grupal que comprenden el conjunto de referentes desde los cuales se mira y se interpretan los usos de las TIC hasta la ampliación del dominio técnico, los usos y prácticas, las actitudes, las representaciones sociales y valores que se desarrollan en torno al ciberespacio y al uso masivo de las computadoras.

    Hay aproximaciones previas a esta noción en diferentes trabajos: Casillas y Ramírez (2015, con fundamento en Levy, 2007 ) y Castells (2002), Específicamente para los jóvenes se da una naturalización del mundo digital: En el contexto tecnocultural actual, la relación entre el mundo real y el mundo virtual no puede entenderse como un vínculo entre dos mundos independientes y separados, que eventualmente coinciden en un punto, sino como una cinta de Moebius, donde no existe un adentro y un fuera, y donde es imposible identificar límites entre ambos.

    Para las nuevas generaciones, cada vez más, la vida digital se fusiona con su domesticidad como un elemento más de la naturaleza. ( Lugo, López, Toranzos, y Corbetta, 2014: 21 ) Además de desarrollar un nuevo sentido de multitareas donde simultáneamente los jóvenes desarrollan diversas actividades a la vez, especialmente en el espacio digital, en el tema específico de la cultura digital se podría decir que se está creando una nueva inteligencia colectiva: las nuevas generaciones residen en ambos mundos a la manera de cyborgs, como una fusión de inteligencia natural y artificial.

    Este nuevo entorno tecnológico que se fue configurando ofrece a las generaciones jóvenes nuevas posibilidades y modalidades de interacción. El surgimiento de una plataforma tecnológica, que se constituye, a la vez, en entorno abierto, facilita el desarrollo de modos de producir que estimulan la “creación colectiva y colaborativa” y generan un conocimiento compartido que se elabora entre diferentes nodos o sujetos, en intercambios de diferentes intensidad, flujo y magnitud.

    1. Se trata de aquello que comienza a conocerse como inteligencia colectiva.
    2. Lugo, López, Toranzos, y Corbetta, 2014: 22 ) La nueva cultura digital está generando un cambio en el sentido de la propiedad y la autoría.
    3. Se está desarrollando la cultura de acceso abierto, se practica el trabajo colaborativo, se han dejado de acumular objetos culturales digitales para consumirlos en línea o en streaming ; se está desarrollando un tipo de lectura hipertextual en las enciclopedias y glosarios de creación colectiva (y permanente) ( Lugo, López, Toranzos, y Corbetta, 2014: 23 ).

    Con la cultura digital se ha acelerado el tiempo histórico y se ha redimensionado el mundo. A través de las redes sociales, no sólo el consumo de información es el que impera. Son las ideologías dominantes las que dan lugar a dinámicas sociales estandarizadas a nivel global habilitando a los jóvenes para que organicen el mundo de nuevas formas: Velocidad, aceleración, instante, capacidad de procesamiento, duplicación del conocimiento, todas ellas son claves que deben ser consideradas a la hora de comprender las subjetividades de época.

    1. Los jóvenes estudiantes del presente están entrenados cada vez más en categorías de la experiencia (espacio, tiempo y velocidad) que los adultos no siempre comparten.
    2. En consecuencia, asistimos a nuevas formas de organizar y construir el mundo: multilineal, en paralelo, en redes, de nodos frente a centro, desde periferias con jerarquías plurales y, sobre todo, en una secuenciación discursiva arborescente.

    ( Lugo, López, Toranzos, y Corbetta, 2014: 29 ) En la actualidad la información es ampliamente accesible y genera nuevas posibilidades de apropiación social del conocimiento. Por ejemplo, los sistemas de información online están cambiando el sentido tradicional del periodismo y la comunicación, las bibliotecas digitales favorecen el acceso a libros y materiales bibliográficos que en el pasado eran prácticamente inaccesibles para el gran público, los museos y galerías han abierto sus puertas y colecciones.

    1. Hay una tendencia al libre acceso de bienes culturales que antes eran asequibles y exclusivos para unos cuantos.
    2. El trabajo se ha transformado.
    3. Todas las ramas y todos los procesos económicos han incorporado las computadoras e Internet en sus prácticas laborales.
    4. Todos los oficios y profesiones están utilizando nuevos dispositivos digitales, fuentes de información, programas informáticos y aplicaciones cada vez más específicos, con mayor potencia de interconexión aunque con una gran dependencia a la conectividad.

    En el marco de la cultura digital se transforman los procesos y dinámicas de la comunicación humana, se modifican las prácticas e interacciones sociales cotidianas cuando se diversifican las formas de encuentro e interacción. El correo postal para el intercambio de cartas y el telégrafo prácticamente han desaparecido; incluso el viejo teléfono de conexión fija ha sido desplazado por los sistemas de mensajería instantánea, por las videollamadas, por el intercambio de mensajes a través de las redes sociales.

    En las prácticas cotidianas escolares son cada vez más frecuentes los grupos de Facebook o de mensajeros instantáneos instalados en móviles como Whatsapp o Messenger, que amplifican las posibilidades de interacción entre estudiantes y profesores. En términos del gobierno y de la gestión, la cultura digital está favoreciendo la rendición de cuentas, el acceso y la transparencia, no sólo porque la información es pública y se difunde mejor, sino porque hay un mayor control social de los actos del gobierno.

    En efecto, se está desarrollando una nueva ciudadanía, mucho más crítica, más informada y vigilante de los planes y acciones gubernamentales. Con las redes sociales y los sitios web especializados se ha ampliado la esfera pública, la participación ciudadana y el infoactivismo.

    El cambio tecnológico ha impulsado la educación continua y la necesidad de reaprender en todos los ámbitos de la producción, debido a la disminución en los costos de equipos de cómputo y el énfasis en las habilidades para resolver problemas. Hay un incremento en empleos que demandan mayores habilidades cognitivas por encima de las manuales, lo que motiva que las personas tengan que volver a la escuela (Casillas, et al,, 2003; Goos y Manning, 2007; Casillas y Dorn, 2013, citados en Frey y Osborne, 2013 ).

    También hay reasignaciones de puestos de trabajo, donde empleados de mandos medios han sido cambiados a áreas operativas en virtud de que sus labores requieren esfuerzo físico y son por ende menos susceptibles a la informatización (Casillas y Dorn 2013 citado en Frey y Osborne, 2013 ).

    Casillas, Ramírez, Luna, y Marini (2017) manifiestan que la expansión de empleos con habilidades superiores se puede explicar porque disminuye el precio de las tareas rutinarias, que gracias a las computadoras, el trabajo se centra en servicios creativos. El progreso tecnológico ha producido cambios en la composición de ocupaciones y oficios, incluidos los campos de agricultura, artesanías, manufactura, servicios y labores directivas (Brynjolfsson y McAfee, 2011, citado en Frey y Osborne, 2013 ).

    Con el actual avance tecnológico, los algoritmos para el procesamiento de grandes volúmenes de datos permiten el reconocimiento de patrones, lo que posibilita que una computadora pueda efectuar fácilmente el trabajo de una amplia gama de tareas no rutinarias que requieran de un esfuerzo cognitivo para su resolución (Brynjolfsson y McAfee, 2011; MGI, 2013, citados en Frey y Osborne, 2013 ).

    Además, robots avanzados están generando sentidos y destrezas para efectuar un mayor número de tareas manuales (IFR, 2012b; Robótica-VO, 2013; MGI, 2013, citados en Frey y Osborne, 2013 ), por lo cual se prevé que la naturaleza del trabajo cambiará en todos los campos y profesiones: Esta evidente transformación en el oficio, en las prácticas profesionales y en la vida social misma debe ser asumida reflexivamente por los académicos expertos de cada campo profesional y reflejada en la formación de los estudiantes universitarios.

    Es imperiosa una discusión que conduzca a la modernización de los planes y programas de estudio de todas las carreras y niveles educativos, que precise cuáles son los saberes digitales que distinguen a cada campo disciplinario y a sus especialidades, y que formalice el compromiso con una educación moderna y contemporánea.

    ( Casillas, Ramírez, Luna, y Marini, 2017: 48 ) La cultura digital y la educación La transformación cultural que representa la ampliación en el uso social de las computadoras también ha llegado a la educación, y específicamente a la educación superior; podemos observar el desarrollo de nuevas formas de lectura, de escritura, de enseñanza, de aprendizaje, de producción y de difusión del conocimiento.

    El amplio desarrollo de recursos educativos está modificando las posibilidades de la enseñanza en todos los niveles y ya hay una clara tendencia hacia una convergencia multimodal. La comunicación entre los agentes de la educación se expande y multiplica: estudiantes y docentes dialogan en línea y tienen abiertos las 24 horas canales de comunicación asincrónicos.

    1. Los docentes comparten lecturas, discuten y elaboran documentos electrónicos; los estudiantes elaboran tareas y proyectos y los entregan en formato electrónico; los productos son enriquecidos con multimedia y frecuentemente evidencian el aprendizaje y el trabajo colaborativo escolar.
    2. En la educación superior se han transformado la gestión, la administración, la enseñanza, la investigación, la difusión, las formas de comunicación e intercambio de información.

    Cada vez son más dominantes los sistemas de gestión y de administración, no sólo para lo referido a las cuestiones presupuestales y de gestión del personal, sino para la administración escolar, la planeación académica y la evaluación. La enseñanza se modifica con la utilización de simuladores, dispositivos digitales, programas informáticos y fuentes de información de alta especialización en donde los estudiantes encuentran textos accesibles en formato digital.

    1. Los nuevos modos de producción del conocimiento tienen una base tecnológica muy desarrollada; cada vez hay mayor diversidad de equipos, laboratorios, dispositivos y software que se utiliza en la investigación científica.
    2. El mayor dinamismo del cambio tecnológico está pasando por las disciplinas académicas y es el desarrollo del software especializado el epítome de la incorporación de las TIC a las culturas académicas: En el terreno de la investigación las cosas están cambiando radicalmente.

    Todos los estudiosos del tema coinciden que vivimos una profunda transformación de los sistemas de producción científica (Gibbons et al,, 1994; Gibbons, 1998; Brunner, 2003; Castells, 2006). A través de las TIC son cada día más frecuentes los intercambios, el trabajo deslocalizado y la colaboración en red para favorecer la producción de los conocimientos.

    • La información se comparte ahora en tiempo real y en volúmenes inmensos de datos.
    • El mayor dinamismo del cambio tecnológico que ocurre en las universidades está pasando por las disciplinas académicas y el desarrollo del software especializado: no sólo se ha expandido el uso de computadoras en todos los campos científicos, sino que se están desarrollando aplicaciones específicas en grandes cantidades.
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    Todos los aparatos y todos los procesos se están viendo transformados por la tecnología digital, y en la punta del conocimiento están los universitarios. ( Casillas y Ramírez, 2016: 25 ) A pesar de su intensidad, y de la velocidad con la que se han dado, los cambios que derivan de la revolución tecnológica en el entorno universitario han ocurrido de manera improvisada, escasamente regulada, sin planes ni metas razonables, sin conocimiento de cuánto saben de TIC nuestros profesores y nuestros estudiantes cuando ingresan a la institución y sin precisión sobre su perfil tecnológico de egreso.

    Un breve resumen puede sintetizar la experiencia universitaria acumulada en los últimos años. Hasta ahora nos hemos orientado por ocurrencias y buena voluntad, a través de procesos improvisados cuando deberíamos haber trascendido a decisiones informadas, legítimas, reflexivas, transparentes, planeadas y sujetas a evaluación.

    Dada la heterogeneidad y la falta de un acuerdo institucional, predomina el azar de que ocurra en el curriculum, cuando debería ser la base de la experiencia escolar en cada asignatura. En materia de compras, infraestructura, capacitación, han predominado las políticas generales y homogéneas, cuando debería de haber otras generales y específicas a las necesidades de desarrollo de cada campo disciplinario.

    La base académica para la incorporación de las TIC a la ES Sólo hasta que las universidades puedan construir un diagnóstico de necesidades tecnológicas para cada campo de estudios y para el pleno cumplimiento de las funciones de docencia, de investigación y de difusión de la cultura, cuando sean capaces de definir un sentido académico para el uso de las TIC, entonces será posible que se construyan políticas e iniciativas institucionales integrales que busquen racionalizar el uso de los recursos económicos y tecnológicos.

    De manera desafortunada, en la enorme mayoría de las instituciones de educación superior las decisiones sobre la incorporación y el desarrollo de las TIC han sido un asunto de tecnólogos, ingenieros en sistemas y en cómputo. Muchas de las direcciones de tecnologías están ubicadas organizacionalmente en el sector administrativo, lejos del mundo académico de sus necesidades y de una oportunidad real de incorporar las TIC a la Universidad.

    • Los académicos que pretenden hacer uso de tecnologías ―páginas web, dispositivos o software ― deben primero pedir permiso a un administrador para que se desbloquee el sistema o se le otorguen privilegios para la operación del aparato tecnológico extraño.
    • El personal administrativo encargado del área de tecnologías de información de la universidad, sin ningún criterio académico, debe valorar si la página web que originalmente estaba bloqueada puede ser visitada en la red institucional o no, o si el software que se quiere instalar en un equipo de cómputo de la universidad es adecuado.

    La política institucional de la prohibición, la desconfianza y el bloqueo debe cambiar. El empleo de las TIC en las universidades debe responder a las necesidades disciplinarias derivadas de una reflexión académica entre los colegios de profesores que son los que deberían, al menos en un sentido enunciativo, administrar sus necesidades tecnológicas y de acceso a la información.

    La incorporación de las TIC a las IES debe darse de forma reflexiva, legítima e inclusiva. Reflexiva en el sentido de que tiene que ser racional, basada en el conocimiento de las necesidades institucionales y no en el sentido común o en ocurrencias; planeada y no improvisada; transparente y resultado de licitaciones públicas; considerar el impacto ambiental y los riesgos asociados al uso de las TIC.

    Legítima porque no puede ser una imposición o una decisión arbitraria, por más eruditos que puedan ser los tomadores de decisiones; para que ocurran los cambios institucionales, los académicos tienen que participar activamente en la definición del rumbo; las decisiones deben tener una base colegiada en la que se garantice una amplia participación; los avances de los acuerdos deban ser revisados periódicamente por parte de la comunidad académica.

    Inclusiva para poder incorporar a todos, para ampliar las capacidades tecnológicas de todos los universitarios y generar condiciones de equidad para el acceso y la apropiación tecnológica. Las instituciones no pueden seguir improvisando, es necesario un plan institucional de desarrollo tecnológico, construido en primer lugar con base en las necesidades de las disciplinas académicas, que trascienda la capacitación genérica y las políticas generales y homogéneas de equipamiento y de procuración de la infraestructura digital.

    Es necesario un plan que defina una postura y una filosofía institucionales sobre las TIC, con objetivos a corto, mediano y largo plazo; que estructure prioridades, metas y acciones sujetas a la evaluación que favorezcan el aprendizaje institucional.

    El proyecto educativo con el que las TIC contribuyen a la realización de las funciones sustantivas de las instituciones de educación superior (docencia, investigación y difusión de la cultura). El proyecto organizacional que define a la institución: sus formas de gobierno, sus formas de organización y el modo en cómo se desarrollan sus funciones administrativas y que pueden ser mejoradas con el uso de las TIC. Los servicios de cómputo entendidos como el conjunto de recursos tecnológicos, de conectividad, de licenciamiento de software y adquisición de equipo, así como su mantenimiento y su soporte técnico. La capacitación y la formación continuas de la comunidad universitaria en materia de TIC, en función del proyecto educativo, la naturaleza organizacional y el conjunto de recursos tecnológicos disponibles por parte de la institución.

    Para ser realistas, en el contexto universitario cualquier plan de desarrollo tecnológico debe estar basado en: 1) una perspectiva histórica, 2) debe generar una postura cultural respecto de las TIC, 3) debe tener sustento en la diversidad disciplinaria y 4) debe comprender las diferencias sociales y de dominio tecnológico que caracterizan a los universitarios.

    La primera se trata de una perspectiva de orden histórico-social en la que la comunidad universitaria es sensible a la evolución histórica de las TIC en su entorno social y en su institución, y que a su vez sea capaz de reconocer que la incorporación de las TIC es un fenómeno reciente, que se encuentra en construcción y que en el corto plazo ya esboza una dirección.

    Se trata de una historia que debemos documentar pues se están transformando de manera radical los procesos y funciones universitarias (cambios en los modos de enseñar, de producir y difundir el conocimiento), se están reestructurando los espacios universitarios convencionales (como las aulas, los laboratorios, las bibliotecas), y se está reconfigurando la noción del espacio con la conformación de nuevos espacios abiertos ( Wifi ) y virtuales.

    La segunda es una perspectiva que reconoce que la incorporación de las TIC a la educación no es algo natural ni que llegará por si sola, sino que es necesaria una reflexión institucional sobre el conjunto de referentes, técnicas, prácticas, actitudes, modos de pensamiento, representaciones sociales y valores que se desarrollan en torno al ciberespacio y al uso masivo de las computadoras.

    Es necesario que la institución asuma una postura, defina una filosofía, oriente sus decisiones tecnológicas desde la complejidad académica, ética y ambiental. En cuanto al tercer punto, a pesar de las políticas institucionales en las que se ve a la integración de las TIC como un proceso homogéneo, la realidad es que dada la naturaleza del trabajo académico ( Clark, 1987 ) y la heterogeneidad institucional que estructura y delimita el desarrollo de las disciplinas, la incorporación de las TIC a las disciplinas académicas sucede de manera diferenciada.

    Finalmente, también es necesaria una perspectiva de orden sociológico en la que se consideren las TIC como un capital tecnológico (Casillas, Ramírez y Ortiz, 2014), que en el campo educativo está distribuido de manera desigual y que es necesario distribuir con equidad entre los agentes universitarios.

    Por tanto las universidades deben tener información precisa sobre el grado de apropiación tecnológica, que mide el dominio de los saberes digitales. El uso de las TIC en la educación valoriza un nuevo tipo de saberes y exige un nuevo tipo de habilidades y destrezas que no han sido plenamente reconocidas pues no hay un diagnóstico que permita saber qué disposiciones poseen estudiantes y profesores.

    Para la Universidad es necesaria la interpretación de corte sociológico de las diferencias que distinguen a los estudiantes y profesores por su grado de apropiación tecnológica, por su grado de afinidad y proclividad hacia las tecnologías, y por el grado de acceso y disponibilidad que tienen. Conclusiones El cambio institucional que deriva de la incorporación de las TIC es ineludible y no admite retraso.

    La discusión no debe ser entre si se incorporan o no las TIC a las actividades sustantivas de los universitarios, sino sobre la profundidad y el impacto de su incorporación. En algunos casos esta discusión es al nivel de productos o versiones de programas informáticos por ser utilizados; en otros es sobre las asignaturas en las que el software puede intervenir; y en otros más puede ser sobre estrategias de enseñanza y uso del software y la información que se genera al manipularlo.

    Pero en todos los casos se trata de discusiones de alto nivel de reflexión, legitimidad e inclusión, en las que los académicos se apropian de las TIC y las ven como instrumentos disciplinarios, tal y como lo hicieron cuando este tipo de herramientas en el orden de lo físico representaban epítomes de la disciplina, sea el teodolito para los ingenieros topógrafos y geodestas, el estetoscopio para el médico, la Constitución para los abogados, la regla T y el restirador para los arquitectos y diseñadores gráficos.

    Una nueva brecha diferencia a los países, a las regiones, a las instituciones, a los individuos y grupos sociales: la que se distingue por el acceso y el dominio de los recursos tecnológicos; por la incorporación de las TIC a las dinámicas laborales, de estudio, de participación ciudadana.

    Aquí hemos argumentado a favor de una perspectiva que considera que el cambio necesario debe ser reflexivo, legítimo e inclusivo. En contra de las tendencias a la improvisación, aquí sostenemos la necesidad de un plan de desarrollo tecnológico, que debe orientar el cambio para definir prioridades, metas y acciones, y para que sea evaluable.

    Las TIC son muy importantes en el medio universitario como para dejarlas en manos de tecnólogos, y dada la naturaleza específica del trabajo que ahí se desarrolla, el plan de desarrollo tecnológico debe tener una base académica. Para ser realista, el plan de desarrollo tecnológico debe estar basado en una perspectiva histórica, generar una postura cultural respecto de las TIC, tener sustento en la diversidad disciplinaria y comprender las diferencias sociales y de dominio tecnológico que caracterizan a los universitarios.

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    ¿Cómo nace la cultura digital?

    El paradigma de la cultura digital se crea por la necesidad de explicar una serie de fenómenos y afectaciones que la tecnología digital ha desarrollado en las diferentes culturas contemporáneas, cambiando de algún modo las tendencias en el comportamiento social de los individuos y colectivos.
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    ¿Que nos ofrece el mundo digital?

    Las técnicas implantadas en el presente mundo digital han propiciado profundos cambios en diversos ámbitos de nuestra sociedad. La tecnología ha transformado:

    Nuestra forma de comunicarnos. Los canales de comunicación. La forma de relacionarnos. Nuestros entornos de trabajo. Cómo aprender. La forma de comprar. El modo de vender. Hasta la manera de disfrutar de nuestro tiempo libre.

    Nuestro mundo cambia y continuará cambiando de forma radical hacia un mundo cada vez más digital. Para Que Sirve La Cultura Digital En la actualidad, millones de personas disponemos de acceso ilimitado a Internet, de un sinnúmero de dispositivos como ordenadores, portátiles, tabletas, teléfonos, televisores inteligentes y diversas aplicaciones que nos brindan la posibilidad de estar comunicados de forma permanente.
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    ¿Cuáles son los valores de la cultura digital?

    Autores e infomación del artículo –

    • Yanet Pérez Medina*
    • Jasiel Félix Ferreiro Concepción**
    • Universidad Agraria de La Habana, Cuba

    Correo: [email protected] Resumen Para tener una cultura digital integral adecuada es menester no solo usar por usar las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) sino dominarlas en cuanto a conocerlas y saber utilizarlas, cómo y para qué hacerlo en función de llevar a cabo cualquier proceso, además se proyecta que son parte intrínseca de ella valores como la responsabilidad, la honestidad, dignidad, sentido de pertenencia, incluso el patriotismo, entre otros; ya que se debe tener la responsabilidad y honestidad por ejemplo de no publicar y divulgar contenidos que provoquen daños a la sociedad, ni informaciones clasificadas para que puedan ser utilizadas en contra los intereses sociales de la población o sector social donde se interactúa, incluso el cuidado y protección de los medios tecnológicos son valores que se deben fomentar y aplicar como parte del desarrollo y logro de una cultura digital apropiada.

    • Palabras Clave: Cultura digital – Valores – Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC).
    • Abstract In order to have an adequate integral digital culture, it is necessary not only to use the information and communication technologies (ICT), but also to master them in terms of knowing them and knowing how to use them, how and why to do it in order to carry out any process, as well as it is projected that values ​​such as responsibility, honesty, dignity, sense of belonging, even patriotism, among others, are an intrinsic part of it; since one must have responsibility and honesty for example not to publish and disclose content that causes harm to society, or classified information so that it can be used against the social interests of the population or social sector where it interacts, including care and protection of technological means are values ​​that should be promoted and applied as part of the development and achievement of an appropriate digital culture.

    Keywords: Digital culture – Values ​​- Information and Communication Technologies (ICT). Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: Yanet Pérez Medina y Jasiel Félix Ferreiro Concepción (2019): “Los valores en la cultura digital”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (junio 2019).

    En línea: https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/06/valores-cultura-digital.html //hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1906valores-cultura-digital Introducción Hoy día el mundo está marcado por los acelerados cambios que conllevan al uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), ante los cuales el contexto educativo no puede permanecer indiferente.

    La aparición de estas tecnologías ya son parte de la vida diaria, en las actividades productivas y de tiempo libre (Karsenti, 2007). Adicionalmente, las TIC están permeando a todos los actores de la educación y de manera particular la práctica académica se verá condicionada, sobre todo, por el conocimiento, dominio y empleo de las tecnologías en el Proceso de Enseñanza Aprendizaje (PEA).

    Partiendo de la alerta que plantea la OCDE (1998, p.36) sobre el ” peligro de que las tecnologías de la información y comunicación estén reemplazando más que complementando o enriqueciendo las buenas prácticas docentes “, se puede decir que estas surgieron para servir de apoyo y no con la intención de sustituir al hombre o a cualquiera de sus procesos, tampoco para perjudicarlo ya sea su salud o de otra forma.

    El hombre es quien debe ser capaz de saber utilizarlas del mejor modo posible y delimitar hasta qué punto le puede ser perjudicial, o está haciendo un “mal uso o abuso” de ellas (Cifuentes, Vegara y García, 2011; Pérez, 2013; Castro y Gairín, 2014; Pereira y Sánchez, 2015; Gairín y Mercader, 2018).

    Debe de ganar en cultura al respecto, para así emplearlas acorde a sus necesidades y que estas en verdad cumplan con su objetivo que es apoyar los procesos de este, ya sean personales, profesionales, sociales u otros. Esta cultura en este trabajo se denominará cultura digital, lo cual requiere un análisis de las diferentes teorías referidas al respecto.

    Desarrollo Para comenzar, haciendo un bosquejo desde 1990 hasta el 2009, se puede decir que la terminología cultura digital tuvo sus antecedentes en varios modos de expresión, unos la denominaron “digitalismo” (Terceiro, 1996, 1998 y 2001; Alonso, 2002; Pérez, 2006), otros como “cibercultura” (Deleuze, 1990; Kerckhove, 1997; Lévy, 1999, 2001, 2007; Piscitelli, 2002; Escobar, 2005; Castells, 2006; Scolari, 2008), “cultura en red” (Castells, 1996), “nación digital” (Katz, 1997), algunos ya comenzaron a percibirla como “cultura digital” (Turkle, 1997; Dery, 1998; Castells, 2001; Regil, 2002, 2005; Echeverría, 2003; Deuze, 2006; Pérez, 2006; Buckingham, 2007; González, 2007; Bringué y Sádaba, 2009), otros “cultura virtual” (Jones, 1998), “tercer entorno” (Lévy, 1998; Echeverría, 1999), “tecnocultura” (Robins y Webster, 1999), “cultura de Internet” (Castells, 2001), “cultura computacional” (Manovich, 2001), entre otros.

    • La mayoría coinciden en que se trata de una cultura emergente proveniente de esa irrupción de las TIC en todos los procesos a lo cual el hombre debía adaptarse y aprovechar sus potencialidades.
    • Para este trabajo se determinó escoger la terminología de cultura digital puesto que, a criterios de esta investigación, es más abarcadora en cuanto a que la cibercultura por ejemplo, según Lévy (2007) es el conjunto de representaciones, valores, conocimientos, creencias, costumbres, hábitos, maneras de hacer, maneras de ser en el ciberespacio, o sea, se queda más en lo que hay en el ciberespacio, entiéndase, lo que está en internet; al igual que la cultura en red que se manifiesta según (Castells, 1996) en los rasgos y características que se comparten con otros usuarios de cualquier parte del mundo a través de redes sociales, chats u otros espacios de comunicación conectados en red.

    La cultura digital en cambio no se queda solo en la parte interna como son los sitios web, programas, redes sociales (lo llamado software desde el punto de vista de la informática), sino también va al hardware por decirlo de alguna manera, o sea la parte fáctica, díganse computadoras, celulares, tablets, pizarras electrónicas, por mencionar algunos; y todo esto saberlo utilizar y emplear en cualquier o determinado proceso de la vida cotidiana del hombre.

    Algo parecido expresa (Hernández, 2017, p.2) que evidencia lo anteriormente dicho, cuando plantea que ” la cultura digital no abarca sólo los nuevos medios de información y comunicación como Internet, el correo electrónico, las redes sociales, etc., sino a todos los medios tradicionales, ahora digitalizados, TV, radio, prensa, cine “.

    Lo cual no quiere decir que el hombre para tener cultura digital tiene que ser un experto en el uso de todo lo antes mencionado, sino que tenga conocimiento de su existencia, sepa utilizarlos al menos de modo básico, sepa además para qué le puede ser útil y lo emplee de la mejor manera posible para sus propósitos profesionales, personales o laborales.

    1. Ejemplo los profesores en su práctica académica deben conocer las herramientas tecnológicas disponibles en la web o a su alrededor, dominarlas y emplearlas como apoyo en el PEA para así fortalecerlo y enriquecerlo de manera objetiva y subjetiva.
    2. De ahí surgen nuevos términos como la “alfabetización digital” (entre otros; Gee, 2007; Castro, 2007; Gutiérrez, 2008; Cabero y Llorente, 2008; Gámiz, 2009; Trujillo y Raso, 2010; Schalk, 2010; Arrieta y Montes, 2011; Trujillo, López y Pérez, 2011; Nápoles, 2011; Area y Guarro, 2012; Gutiérrez y Tyner, 2012; Cabero, Martín y Llorente, 2012; Vera, Torres y Martínez, 2014; Antolín, Ramos y Sánchez, 2014; Pérez y Pedrero, 2015; Pérez y Rodríguez, 2016; Pestana, 2018).

    Definiciones al respecto sustentadas principalmente en tres principios basados en el uso de tecnología, la comprensión crítica de la misma, la creación y la comunicación de contenido digital en una gran variedad de formatos. Lo cual a criterio del autor es una terminología acorde para esta investigación pero que formaría parte inherente de la cultura digital, puesto que su enfoque es encaminado esencialmente a que el hombre aprenda a utilizar las TIC, aspecto fundamental en la concreción de una cultura digital, pero no es lo único en la conformación de esta.

    Parafraseando a Castro (2015) el desarrollo de una cultura digital integral entre los usuarios potencia la apropiación crítica y consciente de la tecnología, la generación de conocimiento nuevo, la conformación de redes, el acceso a la información y el saber utilizar las TIC en función de algún propósito.

    De ahí que el solo aprender a usarlas y usarlas no quiere decir que ya se tiene una vasta cultura digital. En correspondencia con esto y siguiendo el análisis de la terminología cultura digital un poco más actualizado, se pudo percibir que gran parte de los estudios que incorporan el término lo hacen sin definirlo (González, Salazar y Velázquez, 2009; Gozálvez, 2011; Cabot, 2013; Molina y Salazar, 2015; García-Roca, 2016; López y Bernal, 2016).

    1. A pesar de que en las referidas fuentes no es definido el concepto de cultura digital, se puede inferir en estas que es usado conceptualmente reducido para referir simplemente el uso de las TIC.
    2. Por otra parte, sí definen el término, por ejemplo, García, Escofet y Gros (2012, p.97) al entender la cultura digital como ” el uso que se hace de las TIC en el día a día “; y describen cuatro tipos de usos cotidianos: a) comunicativos y de relación; b) entretenimiento; c) informativos; d) creativos.

    En ese orden de frecuencia. Lo cual se queda solo en el uso por el uso de las TIC y no en el valor de estas y la capacidad de emplearlas como apoyo para lograr determinado fin o en función de algún proceso. Al mismo tiempo existen otras definiciones que reducen aún más el término refiriéndose solo al arte digital, a los audiovisuales, la lectura digital (Ramírez, 2012; Molina y Salazar, 2015), a la digitalización y preservación digital de obras artísticas u otros productos culturales (Colorado, 2010; Cabot, 2013; Steiner, Agosti, Sweetman et al., 2014).

    1. Donde por ejemplo (Colorado, 2010, p.104) plantea que la cultura digital es: ” un nuevo campo de investigación y de aplicación, que se refiere a la versión digital del patrimonio cultural y las manifestaciones artísticas “.
    2. Para los objetivos de esta investigación se perciben apropiados los planteamientos proporcionados por Pecourt (2016) cuando señala que ” la cultura digital no se limita a la creación y utilización de gadgets tecnológicos; también favorece nuevos métodos organizativos y distributivos, nuevas prácticas de producción y consumo, que asimilan, y al mismo tiempo conforman, los proyectos digitales hoy en día omnipresentes ” (p.134) () ” tiene una dimensión simbólica específica que otorga valor y sentido a los usos tecnológicos ” (p.140).

    Así pues, cualquier estudio dirigido a describir la cultura que actualmente emerge gracias a la incorporación de las TIC en los distintos ámbitos humanos debe partir de una concepción que considere la complejidad de tal objeto de estudio, sería una torpeza reducirlo a la dicotomía uso-no uso, a un nivel de uso o a una modalidad de presentación de la información.

    Tal estudio debe tener presente que lo que está en juego es la gestación de nuevos modos de pensar, de actuar, de sentir y de hablar; en definitiva, de nuevos sujetos que emplean las TIC como apoyo para sus necesidades tanto personales como profesionales, sociales, laborales u otras. Pero la cultura digital también incluye tener, fomentar y desarrollar valores éticos y morales tanto a nivel personal como profesional, puesto que en ella deben establecerse valores como la responsabilidad ya sea material como inmaterial porque se debe cuidar y proteger los medios y herramientas tecnológicas que el gobierno o la entidad donde se trabaja ponen a disposición, además de no publicar o divulgar información clasificada o que perjudique la institución o los intereses de estas incluso hasta del país; aquí juega su rol también otros valores como la honestidad, dignidad, sentido de pertenencia, incluso el patriotismo por no querer ver a su tierra dañada o afectada.

    Además, en el caso de los docentes y estudiantes por ejemplo también están presentes estos valores y modos de actuar, ya que deben cuidar y velar igual por sus bienes tecnológicos y por la información existente, deben fomentar estas actitudes y buenas prácticas porque existen algunas como el plagio, o sea la copia textual de documentos realizados por otros autores sin citarlos o hacer referencia a ellos, el acceso a sitios prohibidos o no acordes con los fines educativos arribando a ellos incluso hasta por vías censuradas como son los proxys anónimos o proxys libres, el mandar el mismo trabajo a varias revistas científicas al mismo tiempo aun sabiendo que estas especifican que no debe hacerse esto, son prácticas que no deberían existir y el ganar en cultura al respecto entra también dentro de los objetivos de tener una cultura digital integral y adecuada, donde los valores son un factor clave para lograrla.

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    Por otro lado, la mayoría de las instituciones y en el caso de las revistas científicas también, tienen códigos de ética o requisitos de aprobación, los cuales en ocasiones no son leídos ni tenidos en cuenta cuando lo que se pretende es obtener por ejemplo una cuenta de usuario para poder tener acceso al correo, internet, etc.

    o para inscribirse en alguna página digital, incluso para mandar los trabajos a las revistas. En ocasiones los usuarios les “interesa”, por decirlo de alguna manera, tener el acceso antes que conocer cuáles son las limitaciones y prohibiciones que trae consigo ese acceso.

    De ahí proviene luego que se incurra en alguna ilegalidad no acorde a los parámetros establecidos y se originen las medidas y los requerimientos legales que la mayoría no está de acuerdo aceptar que se le impongan porque supuestamente “no lo sabían”, pero no lo pueden saber si no leyeron los códigos de ética o requisitos de aprobación establecidos.

    Por lo que es imprescindible conocer y estar al tanto de todas las precisiones legales y éticas correspondientes a las instituciones o revistas científicas en las que se utilicen los servicios informáticos o tecnológicos. Es que el logro de esta cultura digital es tan necesaria que existen momentos que, por no tener una adecuada, inconscientemente o por desconocimiento se puede incurrir no intencionalmente en ilegalidades o ser saboteada y usada su información personal para otras incidencias que pueden hasta recurrir en delitos graves como violar la seguridad informática de otras entidades, ya que en ocasiones este mismo desconocimiento y falta de cultura al respecto hacen dar “click” en determinados sitios que provocan que se les hackee la cuenta personal y esta sea utilizada para otros fines que pueden ir desde la creación de correos cadena que colapsen las redes hasta intentar romper la seguridad informática de un Banco u otra institución de esta índole.

    Por tanto, se debe tener mucho cuidado y estar bien preparados y formados al respecto para no incurrir en cuestiones éticas o morales perjudiciales tanto en el ámbito profesional como el personal. O sea, desarrollar una cultura digital integral adecuada no es solo usar las TIC, sino también saber utilizarlas, saber para qué utilizarlas y cómo utilizarlas de forma tal que no perjudique a nadie ni socaven los valores éticos y morales de los demás.

    Conclusiones Cualquier estudio dirigido a describir la cultura que actualmente emerge gracias a la incorporación de las TIC en los distintos ámbitos humanos debe partir de una concepción que considere la complejidad de tal objeto de estudio, sería una torpeza reducirlo a la dicotomía uso-no uso.

    • Tal estudio debe tener presente que lo que está en juego es la gestación de nuevos modos de pensar, de actuar, de sentir y de hablar; en definitiva, de nuevos sujetos que emplean las TIC como apoyo para sus necesidades tanto personales como profesionales, sociales, laborales u otra.
    • La cultura digital también incluye tener, fomentar y desarrollar valores éticos y morales tanto a nivel personal como profesional, puesto que en ella deben establecerse valores como la responsabilidad, la honestidad, dignidad, sentido de pertenencia, incluso el patriotismo.

    Desarrollar una cultura digital integral adecuada no es solo usar las TIC, sino también saber utilizarlas, saber para qué utilizarlas y cómo utilizarlas de forma tal que no perjudique a nadie ni socaven los valores éticos y morales de los demás. Bibliografía

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    *Estudiante de 3er año de la carrera Pedagogía-Psicología de la Facultad de Ciencias Pedagógicas de la Universidad Agraria de La Habana, Cuba ** Licenciado en Estudios Socioculturales de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas en la Universidad Agraria de La Habana, Cuba y profesor del Dpto.

    de Estudios Socioculturales de dicha Facultad Recibido : 19/03/2019 Aceptado : 24/06/2019 Publicado : Junio de 2019 Nota Importante a Leer: Los comentarios al artículo son responsabilidad exclusiva del remitente. Si necesita algún tipo de información referente al articulo póngase en contacto con el email suministrado por el autor del articulo al principio del mismo.

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    B-93417426. Dirección de contacto [email protected] : Los valores en la cultura digital, Para tener una cultura digital
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    ¿Cómo afecta la cultura digital?

    ¿Cómo afecta la cultura digital a los recursos humanos? Cultura Digital es toda expresión individual o colectiva que nace o se ve afectada por el hecho de vivir en un entorno influido por las tecnologías de la información. La Cultura Digital, como cualquier otra expresión de la cultura, tiene dos características fundamentales, la primera de ellas es la adaptación, es decir, la manera en que las personas reaccionamos o respondemos según los cambios de hábitos.

    1. La segunda característica se refiere a que es acumulativa.
    2. Es decir que viene de generación en generación, con algunas modificaciones que se añaden o se pierden en virtud de las circunstancias del momento.
    3. En el mundo de los Recursos Humanos, la Cultura Digital ha traído cambios en la forma de hacer las cosas, nuevos modelos que conviven con los modelos anteriores, pero no son una moda, han venido a los RR.HH.

    para quedarse. Estos cambios nos deben hacer reflexionar y encontrar cuáles son nuestras nuevas oportunidades, nuestros nuevos retos, o nuestras nuevas carencias. Algunos cambios que se han producido en Recursos Humanos por la acción de la cultura digital son:

    La aparición de nuevas profesiones como: gestor de big data, influencer, etc, que han incrementado de forma espectacular las oportunidades de trabajo y de desarrollo profesional de las personas. La desvinculación formal de las organizaciones, Para el año 2020 se espera que el 50 % de los trabajadores de los Estados Unidos sean freelances, y en Europa esta tendencia sigue creciendo y aportando nuevos retos a la gestión de los recursos humanos en las organizaciones. La Cultura Digital nos permite la adaptación del puesto de trabajo a las características de la persona que lo ocupa, aportando herramientas que nos permite: el teletrabajo, dar respuestas en cualquier lugar o momento, etc y un gran número de acciones que nos hacen más productivos y felices. Con esta nueva Cultura Digital se han creado equipos de trabajo multidisciplinares donde las personas interactúan en aquellos ámbitos donde destacan, realizando aportaciones de alto valor a equipos formados por profesionales de muchos sectores y consiguiendo así resultados que serían imposible alcanzar de otra forma. Los recursos humanos han ganado importancia a la hora de lograr los objetivos de las organizaciones. La imagen y la reputación de los trabajadores y la capacidad de influir en los consumidores han hecho que los departamentos de Recursos Humanos ayuden a sus trabajadores en la gestión de su marca personal. Los cambios tan rápidos que se producen en la Cultura Digital han permitido que en las empresas convivan hasta cuatro generaciones digitales (Baby boomer, Generación X, Millenials y Generación Z). Esta característica hace que los departamentos de RR.HH. establezcan políticas que permitan a las personas aprovechar lo mejor de las generaciones que no son las suyas.

    La Cultura Digital aporta a los recursos humanos, mayor productividad y más oportunidades de desarrollo profesional y personal. Roberto Revuelta Responsable de Desarrollo de Negocio

    : ¿Cómo afecta la cultura digital a los recursos humanos?
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    ¿Que ha cambiado en la cultura digital?

    Se ha modificado la forma en que se desarrollan las actividades y relaciones entre las personas a través de las tecnologías de la información que brindan posibilidades para la creación y el intercambio de conocimientos.
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    ¿Cómo se beneficia los estudiantes con la tecnología digital?

    Proporciona un aprendizaje inmersivo – Los avances digitales enriquecen las clases, involucran a estudiantes y generan un espacio de experiencias interactivas que facilitan la comprensión de distintos temas. Por ejemplo, la realidad virtual y la realidad aumentada cada vez son más accesibles en las instituciones, especialmente en laboratorios científicos donde los estudiantes comprenden conceptos difíciles a través de actividades prácticas.
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    ¿Cómo se benefician los estudiantes con la tecnología digital?

    Las llamadas TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) están cambiando el ecosistema de la educación porque aportan grandes ventajas para todos los jugadores que intervienen en el proceso. Las TIC son herramientas que fortalecen la enseñanza y el aprendizaje, así como aumentan las oportunidades para acceder al conocimiento, desarrollar habilidades colaborativas e inculcar valores positivos a los estudiantes.

    1. Sin duda, las Tecnologías de la Información y Comunicación han venido para quedarse.
    2. Entre los múltiples beneficios que aportan a la educación, las TIC están ayudando a transformar la enseñanza y la forma de relacionarse en las aulas de alumnos y profesores.
    3. De hecho, el uso de estas tecnologías en estos tiempos de pandemia y confinamiento ha servido para confirmar su utilidad.

    De esta manera, los escolares puedan seguir aprendiendo en cualquier circunstancia. Para Que Sirve La Cultura Digital En especial, las nuevas tecnologías en la educación ayudan a las vocaciones científicas en materias STEM, Se trata del proyecto Aquae STEM, puesto en marcha por Fundación Aquae y dirigido a alumnas de 2º a 6º de Educación Primaria. Gracias a él, las participantes trabajan con diferentes herramientas tecnológicas y digitales para con el objetivo de despertar su interés por las profesiones STEM.
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    ¿Cómo acceden los jóvenes a la cultura en Internet?

    Internet como forma de Cultura y como Producto Cultural – Las discrepancias entre los dos enfoques anteriores se pueden salvar en buena parte definiendo mejor el objeto de estudio, algo de lo que probablemente muchos de los argumentos que encontramos adolecen.

    Definiendo Internet como una forma de cultura y, a la vez, como un producto cultural, contamos con dos planos de análisis diferentes y complementarios, aunque no contradictorios. Definir Internet como Cultura significa reconocer que en la red existe un espacio social en sí mismo, que comparte características con otros espacios sociales externos a ella, pero que también da lugar a actividades y relaciones sociales online que llegan a alcanzar cierta independencia de aquellas que las personas realizan en su vida offline.

    Se puede estudiar lo que hacen las personas en este “mundo virtual”, para desvelar reglas, normas y patrones de comportamiento propios o específicos de ese mundo virtual, sin necesidad de explicarlos en función de las reglas, normas y valores sociales predominantes en la cultura en general.

    1. La creación de perfiles o identidades de los usuarios en las redes tienden a reflejar una realidad “paralela”, en la que se mejoran ciertos aspectos de la identidad real, se cambian rasgos de identidad adscritos o prescritos por la sociedad.
    2. Dando lugar a unas identidades (a veces imaginarias) pero que no dejan de ser reales en sus relaciones y comunicaciones virtuales, incluso en las serias consecuencias que éstas pueden tener.

    Internet en este sentido es un canal de comunicación que crea nuevas formas de relaciones sociales, en la que los lazos que unen a las personas no necesariamente están unidos a una interacción directa cara-a-cara. Esto es, pueden romper barreras de espacio y tiempo en ese universo online, para una comunicación de conciencia a conciencia.

    En esta línea pueden existir relaciones con bastante intimidad y riqueza, libres de los condicionantes a los que pueden estar sujetas las relaciones de persona a persona. Viendo Internet como un artefacto o producto cultural, inmerso en un contexto social más amplio, la red sería dependiente de las construcciones culturales, de las experiencias subjetivas e imaginarias, de las estructuras y lógicas económicas y, en definitiva, de todos los sistemas en los que vivimos y actuamos.

    Desde este punto de vista, se salvarían las diferencias entre el determinismo tecnológico y el de la construcción social de la tecnología. Los estudios realizados desde este enfoque sobre los jóvenes y la cultura digital son muy interesantes y señalan importantes hallazgos, por ejemplo:

    Las desigualdades sociales crean barreras o restricciones en el acceso de los jóvenes a las redes y a los recursos de Internet, pero el aprovechamiento de los mismos puede generar grandes ventajas y oportunidades. Los jóvenes utilizan los mensajes instantáneos (Messenger, WhatsUp, etc.) para mantener el contacto con personas con las que tienen lazos sociales importantes y cercanía en el trato. El principal uso que los jóvenes hacen de internet responde a propósitos sociales, comunicándose con su grupo de amigos y familiares, manteniendo conversaciones informales y socializando de una manera diferente. Internet más que generar un mundo virtual con características propias, estaría reflejando las condiciones que ya existen en la sociedad, haciendo lo que siempre se hacía pero con nuevos medios.

    En conclusión, para ayudar y comprender a los jóvenes dentro de esta cultura digital, los adultos debemos tratar de entender de forma más amplia esos espacios culturales y medios de comunicación que facilitan los medios digitales y las redes. Es necesario que entendamos las necesidades que tienen los jóvenes a la hora de comunicarse y acceder a contenidos diversos (estudio, ocio, cultura y arte, deportes, actualidad),Y, por encima de todo, hay que enseñar a los jóvenes a dar una dimensión adecuada a la importancia de esos medios en su vida y en sus relaciones sociales.

    • La adolescencia y juventud son fases en las que formar relaciones propias y mantenerlas se convierte en algo fundamental.
    • Se trata de una etapa de la vida en la que es especialmente importante expandir su grupo social más allá de la familia, aprender a cooperar con sus semejantes y entrenar sus habilidades socio-emocionales para mantener relaciones valiosas que perduren en el tiempo.

    Finalmente, la interacción de los jóvenes con todos estos medios digitales puede estar impulsando ciertas habilidades y potenciales de los jóvenes, como por ejemplo el trabajo en equipo, la creatividad aplicada a contenidos audiovisuales, la capacidad de gestionar multiples tareas a un mismo tiempo (multitasking), su capacidad de expresión libre y aumentando el alcance de sus aportaciones, entre otras.
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    ¿Cuáles son los valores de la cultura digital?

    Autores e infomación del artículo –

    • Yanet Pérez Medina*
    • Jasiel Félix Ferreiro Concepción**
    • Universidad Agraria de La Habana, Cuba

    Correo: [email protected] Resumen Para tener una cultura digital integral adecuada es menester no solo usar por usar las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC) sino dominarlas en cuanto a conocerlas y saber utilizarlas, cómo y para qué hacerlo en función de llevar a cabo cualquier proceso, además se proyecta que son parte intrínseca de ella valores como la responsabilidad, la honestidad, dignidad, sentido de pertenencia, incluso el patriotismo, entre otros; ya que se debe tener la responsabilidad y honestidad por ejemplo de no publicar y divulgar contenidos que provoquen daños a la sociedad, ni informaciones clasificadas para que puedan ser utilizadas en contra los intereses sociales de la población o sector social donde se interactúa, incluso el cuidado y protección de los medios tecnológicos son valores que se deben fomentar y aplicar como parte del desarrollo y logro de una cultura digital apropiada.

    Palabras Clave: Cultura digital – Valores – Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC). Abstract In order to have an adequate integral digital culture, it is necessary not only to use the information and communication technologies (ICT), but also to master them in terms of knowing them and knowing how to use them, how and why to do it in order to carry out any process, as well as it is projected that values ​​such as responsibility, honesty, dignity, sense of belonging, even patriotism, among others, are an intrinsic part of it; since one must have responsibility and honesty for example not to publish and disclose content that causes harm to society, or classified information so that it can be used against the social interests of the population or social sector where it interacts, including care and protection of technological means are values ​​that should be promoted and applied as part of the development and achievement of an appropriate digital culture.

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    Keywords: Digital culture – Values ​​- Information and Communication Technologies (ICT). Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato: Yanet Pérez Medina y Jasiel Félix Ferreiro Concepción (2019): “Los valores en la cultura digital”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (junio 2019).

    En línea: https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/06/valores-cultura-digital.html //hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1906valores-cultura-digital Introducción Hoy día el mundo está marcado por los acelerados cambios que conllevan al uso de las Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC), ante los cuales el contexto educativo no puede permanecer indiferente.

    La aparición de estas tecnologías ya son parte de la vida diaria, en las actividades productivas y de tiempo libre (Karsenti, 2007). Adicionalmente, las TIC están permeando a todos los actores de la educación y de manera particular la práctica académica se verá condicionada, sobre todo, por el conocimiento, dominio y empleo de las tecnologías en el Proceso de Enseñanza Aprendizaje (PEA).

    Partiendo de la alerta que plantea la OCDE (1998, p.36) sobre el ” peligro de que las tecnologías de la información y comunicación estén reemplazando más que complementando o enriqueciendo las buenas prácticas docentes “, se puede decir que estas surgieron para servir de apoyo y no con la intención de sustituir al hombre o a cualquiera de sus procesos, tampoco para perjudicarlo ya sea su salud o de otra forma.

    El hombre es quien debe ser capaz de saber utilizarlas del mejor modo posible y delimitar hasta qué punto le puede ser perjudicial, o está haciendo un “mal uso o abuso” de ellas (Cifuentes, Vegara y García, 2011; Pérez, 2013; Castro y Gairín, 2014; Pereira y Sánchez, 2015; Gairín y Mercader, 2018).

    • Debe de ganar en cultura al respecto, para así emplearlas acorde a sus necesidades y que estas en verdad cumplan con su objetivo que es apoyar los procesos de este, ya sean personales, profesionales, sociales u otros.
    • Esta cultura en este trabajo se denominará cultura digital, lo cual requiere un análisis de las diferentes teorías referidas al respecto.

    Desarrollo Para comenzar, haciendo un bosquejo desde 1990 hasta el 2009, se puede decir que la terminología cultura digital tuvo sus antecedentes en varios modos de expresión, unos la denominaron “digitalismo” (Terceiro, 1996, 1998 y 2001; Alonso, 2002; Pérez, 2006), otros como “cibercultura” (Deleuze, 1990; Kerckhove, 1997; Lévy, 1999, 2001, 2007; Piscitelli, 2002; Escobar, 2005; Castells, 2006; Scolari, 2008), “cultura en red” (Castells, 1996), “nación digital” (Katz, 1997), algunos ya comenzaron a percibirla como “cultura digital” (Turkle, 1997; Dery, 1998; Castells, 2001; Regil, 2002, 2005; Echeverría, 2003; Deuze, 2006; Pérez, 2006; Buckingham, 2007; González, 2007; Bringué y Sádaba, 2009), otros “cultura virtual” (Jones, 1998), “tercer entorno” (Lévy, 1998; Echeverría, 1999), “tecnocultura” (Robins y Webster, 1999), “cultura de Internet” (Castells, 2001), “cultura computacional” (Manovich, 2001), entre otros.

    1. La mayoría coinciden en que se trata de una cultura emergente proveniente de esa irrupción de las TIC en todos los procesos a lo cual el hombre debía adaptarse y aprovechar sus potencialidades.
    2. Para este trabajo se determinó escoger la terminología de cultura digital puesto que, a criterios de esta investigación, es más abarcadora en cuanto a que la cibercultura por ejemplo, según Lévy (2007) es el conjunto de representaciones, valores, conocimientos, creencias, costumbres, hábitos, maneras de hacer, maneras de ser en el ciberespacio, o sea, se queda más en lo que hay en el ciberespacio, entiéndase, lo que está en internet; al igual que la cultura en red que se manifiesta según (Castells, 1996) en los rasgos y características que se comparten con otros usuarios de cualquier parte del mundo a través de redes sociales, chats u otros espacios de comunicación conectados en red.

    La cultura digital en cambio no se queda solo en la parte interna como son los sitios web, programas, redes sociales (lo llamado software desde el punto de vista de la informática), sino también va al hardware por decirlo de alguna manera, o sea la parte fáctica, díganse computadoras, celulares, tablets, pizarras electrónicas, por mencionar algunos; y todo esto saberlo utilizar y emplear en cualquier o determinado proceso de la vida cotidiana del hombre.

    Algo parecido expresa (Hernández, 2017, p.2) que evidencia lo anteriormente dicho, cuando plantea que ” la cultura digital no abarca sólo los nuevos medios de información y comunicación como Internet, el correo electrónico, las redes sociales, etc., sino a todos los medios tradicionales, ahora digitalizados, TV, radio, prensa, cine “.

    Lo cual no quiere decir que el hombre para tener cultura digital tiene que ser un experto en el uso de todo lo antes mencionado, sino que tenga conocimiento de su existencia, sepa utilizarlos al menos de modo básico, sepa además para qué le puede ser útil y lo emplee de la mejor manera posible para sus propósitos profesionales, personales o laborales.

    1. Ejemplo los profesores en su práctica académica deben conocer las herramientas tecnológicas disponibles en la web o a su alrededor, dominarlas y emplearlas como apoyo en el PEA para así fortalecerlo y enriquecerlo de manera objetiva y subjetiva.
    2. De ahí surgen nuevos términos como la “alfabetización digital” (entre otros; Gee, 2007; Castro, 2007; Gutiérrez, 2008; Cabero y Llorente, 2008; Gámiz, 2009; Trujillo y Raso, 2010; Schalk, 2010; Arrieta y Montes, 2011; Trujillo, López y Pérez, 2011; Nápoles, 2011; Area y Guarro, 2012; Gutiérrez y Tyner, 2012; Cabero, Martín y Llorente, 2012; Vera, Torres y Martínez, 2014; Antolín, Ramos y Sánchez, 2014; Pérez y Pedrero, 2015; Pérez y Rodríguez, 2016; Pestana, 2018).

    Definiciones al respecto sustentadas principalmente en tres principios basados en el uso de tecnología, la comprensión crítica de la misma, la creación y la comunicación de contenido digital en una gran variedad de formatos. Lo cual a criterio del autor es una terminología acorde para esta investigación pero que formaría parte inherente de la cultura digital, puesto que su enfoque es encaminado esencialmente a que el hombre aprenda a utilizar las TIC, aspecto fundamental en la concreción de una cultura digital, pero no es lo único en la conformación de esta.

    Parafraseando a Castro (2015) el desarrollo de una cultura digital integral entre los usuarios potencia la apropiación crítica y consciente de la tecnología, la generación de conocimiento nuevo, la conformación de redes, el acceso a la información y el saber utilizar las TIC en función de algún propósito.

    De ahí que el solo aprender a usarlas y usarlas no quiere decir que ya se tiene una vasta cultura digital. En correspondencia con esto y siguiendo el análisis de la terminología cultura digital un poco más actualizado, se pudo percibir que gran parte de los estudios que incorporan el término lo hacen sin definirlo (González, Salazar y Velázquez, 2009; Gozálvez, 2011; Cabot, 2013; Molina y Salazar, 2015; García-Roca, 2016; López y Bernal, 2016).

    A pesar de que en las referidas fuentes no es definido el concepto de cultura digital, se puede inferir en estas que es usado conceptualmente reducido para referir simplemente el uso de las TIC. Por otra parte, sí definen el término, por ejemplo, García, Escofet y Gros (2012, p.97) al entender la cultura digital como ” el uso que se hace de las TIC en el día a día “; y describen cuatro tipos de usos cotidianos: a) comunicativos y de relación; b) entretenimiento; c) informativos; d) creativos.

    En ese orden de frecuencia. Lo cual se queda solo en el uso por el uso de las TIC y no en el valor de estas y la capacidad de emplearlas como apoyo para lograr determinado fin o en función de algún proceso. Al mismo tiempo existen otras definiciones que reducen aún más el término refiriéndose solo al arte digital, a los audiovisuales, la lectura digital (Ramírez, 2012; Molina y Salazar, 2015), a la digitalización y preservación digital de obras artísticas u otros productos culturales (Colorado, 2010; Cabot, 2013; Steiner, Agosti, Sweetman et al., 2014).

    Donde por ejemplo (Colorado, 2010, p.104) plantea que la cultura digital es: ” un nuevo campo de investigación y de aplicación, que se refiere a la versión digital del patrimonio cultural y las manifestaciones artísticas “. Para los objetivos de esta investigación se perciben apropiados los planteamientos proporcionados por Pecourt (2016) cuando señala que ” la cultura digital no se limita a la creación y utilización de gadgets tecnológicos; también favorece nuevos métodos organizativos y distributivos, nuevas prácticas de producción y consumo, que asimilan, y al mismo tiempo conforman, los proyectos digitales hoy en día omnipresentes ” (p.134) () ” tiene una dimensión simbólica específica que otorga valor y sentido a los usos tecnológicos ” (p.140).

    Así pues, cualquier estudio dirigido a describir la cultura que actualmente emerge gracias a la incorporación de las TIC en los distintos ámbitos humanos debe partir de una concepción que considere la complejidad de tal objeto de estudio, sería una torpeza reducirlo a la dicotomía uso-no uso, a un nivel de uso o a una modalidad de presentación de la información.

    Tal estudio debe tener presente que lo que está en juego es la gestación de nuevos modos de pensar, de actuar, de sentir y de hablar; en definitiva, de nuevos sujetos que emplean las TIC como apoyo para sus necesidades tanto personales como profesionales, sociales, laborales u otras. Pero la cultura digital también incluye tener, fomentar y desarrollar valores éticos y morales tanto a nivel personal como profesional, puesto que en ella deben establecerse valores como la responsabilidad ya sea material como inmaterial porque se debe cuidar y proteger los medios y herramientas tecnológicas que el gobierno o la entidad donde se trabaja ponen a disposición, además de no publicar o divulgar información clasificada o que perjudique la institución o los intereses de estas incluso hasta del país; aquí juega su rol también otros valores como la honestidad, dignidad, sentido de pertenencia, incluso el patriotismo por no querer ver a su tierra dañada o afectada.

    Además, en el caso de los docentes y estudiantes por ejemplo también están presentes estos valores y modos de actuar, ya que deben cuidar y velar igual por sus bienes tecnológicos y por la información existente, deben fomentar estas actitudes y buenas prácticas porque existen algunas como el plagio, o sea la copia textual de documentos realizados por otros autores sin citarlos o hacer referencia a ellos, el acceso a sitios prohibidos o no acordes con los fines educativos arribando a ellos incluso hasta por vías censuradas como son los proxys anónimos o proxys libres, el mandar el mismo trabajo a varias revistas científicas al mismo tiempo aun sabiendo que estas especifican que no debe hacerse esto, son prácticas que no deberían existir y el ganar en cultura al respecto entra también dentro de los objetivos de tener una cultura digital integral y adecuada, donde los valores son un factor clave para lograrla.

    Por otro lado, la mayoría de las instituciones y en el caso de las revistas científicas también, tienen códigos de ética o requisitos de aprobación, los cuales en ocasiones no son leídos ni tenidos en cuenta cuando lo que se pretende es obtener por ejemplo una cuenta de usuario para poder tener acceso al correo, internet, etc.

    o para inscribirse en alguna página digital, incluso para mandar los trabajos a las revistas. En ocasiones los usuarios les “interesa”, por decirlo de alguna manera, tener el acceso antes que conocer cuáles son las limitaciones y prohibiciones que trae consigo ese acceso.

    De ahí proviene luego que se incurra en alguna ilegalidad no acorde a los parámetros establecidos y se originen las medidas y los requerimientos legales que la mayoría no está de acuerdo aceptar que se le impongan porque supuestamente “no lo sabían”, pero no lo pueden saber si no leyeron los códigos de ética o requisitos de aprobación establecidos.

    Por lo que es imprescindible conocer y estar al tanto de todas las precisiones legales y éticas correspondientes a las instituciones o revistas científicas en las que se utilicen los servicios informáticos o tecnológicos. Es que el logro de esta cultura digital es tan necesaria que existen momentos que, por no tener una adecuada, inconscientemente o por desconocimiento se puede incurrir no intencionalmente en ilegalidades o ser saboteada y usada su información personal para otras incidencias que pueden hasta recurrir en delitos graves como violar la seguridad informática de otras entidades, ya que en ocasiones este mismo desconocimiento y falta de cultura al respecto hacen dar “click” en determinados sitios que provocan que se les hackee la cuenta personal y esta sea utilizada para otros fines que pueden ir desde la creación de correos cadena que colapsen las redes hasta intentar romper la seguridad informática de un Banco u otra institución de esta índole.

    • Por tanto, se debe tener mucho cuidado y estar bien preparados y formados al respecto para no incurrir en cuestiones éticas o morales perjudiciales tanto en el ámbito profesional como el personal.
    • O sea, desarrollar una cultura digital integral adecuada no es solo usar las TIC, sino también saber utilizarlas, saber para qué utilizarlas y cómo utilizarlas de forma tal que no perjudique a nadie ni socaven los valores éticos y morales de los demás.

    Conclusiones Cualquier estudio dirigido a describir la cultura que actualmente emerge gracias a la incorporación de las TIC en los distintos ámbitos humanos debe partir de una concepción que considere la complejidad de tal objeto de estudio, sería una torpeza reducirlo a la dicotomía uso-no uso.

    • Tal estudio debe tener presente que lo que está en juego es la gestación de nuevos modos de pensar, de actuar, de sentir y de hablar; en definitiva, de nuevos sujetos que emplean las TIC como apoyo para sus necesidades tanto personales como profesionales, sociales, laborales u otra.
    • La cultura digital también incluye tener, fomentar y desarrollar valores éticos y morales tanto a nivel personal como profesional, puesto que en ella deben establecerse valores como la responsabilidad, la honestidad, dignidad, sentido de pertenencia, incluso el patriotismo.

    Desarrollar una cultura digital integral adecuada no es solo usar las TIC, sino también saber utilizarlas, saber para qué utilizarlas y cómo utilizarlas de forma tal que no perjudique a nadie ni socaven los valores éticos y morales de los demás. Bibliografía

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    *Estudiante de 3er año de la carrera Pedagogía-Psicología de la Facultad de Ciencias Pedagógicas de la Universidad Agraria de La Habana, Cuba ** Licenciado en Estudios Socioculturales de la Facultad de Ciencias Sociales y Humanísticas en la Universidad Agraria de La Habana, Cuba y profesor del Dpto.

    de Estudios Socioculturales de dicha Facultad Recibido : 19/03/2019 Aceptado : 24/06/2019 Publicado : Junio de 2019 Nota Importante a Leer: Los comentarios al artículo son responsabilidad exclusiva del remitente. Si necesita algún tipo de información referente al articulo póngase en contacto con el email suministrado por el autor del articulo al principio del mismo.

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