Que Es Ser Un Buen Ciudadano Digital?
que significa ser buen ciudadano digital jose antonio luengo psicologo educativo video Ciudadanía digital: es el arte de ser ciudadano educado y formado en las nuevas tecnologías. Es ser ciudadano que sepas manejar las tecnologías para saberte relacionar sin herir, sin dañar, protegiéndote y buscando y accediendo a la información adecuada, en la que estés preparado, según tu desarrollo personal.
- Hay que destacar el acceso indiscriminado que tienen los menores a distintas temáticas como puede ser a la pornografía, trastornos del comportamiento alimentario, o conductas autolíticas.
- Es importante saber que hay una parte que no vamos a poder controlar, no podemos llegar a todos los accesos que tengan nuestros hijos e hijas a las redes.
Por ello, es fundamental el papel de las familias en la formación del uso responsable las nuevas tecnologías, teniendo el papel de formar a nuestros hijos e hijos en lo que se refiere a qué hago con mi vida y la de los demás en el mundo digital. Hay que destacar que las familias tienen cada vez más formación e información en las TIC, con lo que la brecha digital va disminuyendo.
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¿Como debe ser un buen ciudadano digital?
¿Cómo ser un buen ciudadano digital? – Tener el comportamiento adecuado al navegar en internet puede hacer que tu experiencia sea más tranquila y segura. Ser un buen ciudadano digital no es una tarea difícil. Solo debes ser consciente que detrás de cada pantalla hay otro ser humano que merece ser tratado de la mejor forma posible.
Cuando ingreses a foros, secciones de comentarios y redes sociales, recuerda que estás interactuando con personas reales. Sé respetuoso y háblales como lo harías si estuvieran frente a frente.En internet hay personas que disfrutan crear un mal ambiente o discutir con otras en secciones de comentarios o cualquier lugar donde ellos puedan causar controversia. Son conocidos como troles de internet y desafortunadamente son muy comunes. Si te encuentras uno, lo mejor es no interactuar con él, dado que cualquier respuesta lo hará continuar con su comportamiento.Aunque parezca fácil usar el contenido que encuentras en la red para tu propio beneficio, no tomes material que no te pertenece. Recuerda que necesitas pedir permiso para usar del trabajo de otros.Piensa cuidadosamente en lo que compartes, porque al hacerlo pierdes el control de su difusión. Esa es una de las grandes razones por las que tu huella digital dura muchos años. No publiques nada que pueda afectarte si alguien lo encuentra años después. Evita publicar datos sensibles como tu dirección, número de celular o de identificación, ya que algunas personas pueden aprovecharse de esa información.Antes de compartir algo en internet, tómate el tiempo de investigar y confirmar qué tan reales son dichos contenidos, especialmente si parecen extraordinarios. No publiques en redes sociales información si no estás seguro de su procedencia, o podrías ayudar a desinformar a otros.
/es/cultura-tecnologica/entendiendo-el-seguimiento-digital/content/ : Cultura tecnológica: ¿Cómo ser un buen ciudadano digital?
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¿Qué es ser un buen ciudadano?
Respetar las leyes y normas que rigen la vida de la sociedad. Observar fielmente las normas de tráfico. Ayudar en la conservación de la naturaleza. Mantenerse alejado de agresividad y de la violencia.
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¿Qué es la ciudadanía digital ejemplos?
Área – diferentes definiciones que involucran una serie de áreas en la que se suelen abarcar y relacionar la categoría de ciudadanía digital tales como:
- Educación: uso de las TIC para la alfabetización digital y desarrollo de competencias digitales en la que se involucran docentes, estudiantes e instituciones.
- Acceso y participación: brecha digital, derecho de acceso a Internet, democracia electrónica, ejercicio responsable de la ciudadanía.
Una tendencia en auge y de especial relevancia, es la vinculación de la educación para una ciberciudadanía responsable con la prevención de riesgos de las TIC, principalmente para los menores. Esto se derivaría de los riesgos propios de la condición de la etapa infantil que se ven trasladados al uso que los niños, niñas y jóvenes ejercen como usuarios de Internet y de otras nuevas tecnologías. Ser un ciudadano digital, es tener el acceso masivo a las nuevas tecnologías de la información y la comunicación, las cuales abarcan dispositivos tecnológicos como el celular, Internet, la computadora, la televisión y todos los servicios relacionados como redes sociales, blogs, foros, etc; así como elementos técnicos que permiten su funcionamiento.
La inserción del ciudadano a nuevas formas de conocer, de acceder a múltiples saberes y un nuevo mundo de prácticas culturales y de relaciones sociales cotidianas, implican la preparación de diferentes competencias digitales, Las competencias digitales se definen como un espectro de competencias que facilitan el uso de los dispositivos digitales, las aplicaciones de la comunicación y las redes para acceder a la información y llevar a cabo una mejor gestión de éstas.
Estas competencias permiten crear e intercambiar contenidos digitales, comunicar y colaborar, así como dar solución a los problemas con miras al alcanzar un desarrollo eficaz y creativo en la vida, el trabajo y las actividades sociales en general.
- Competencia informática : es el conjunto de conocimientos, habilidades y destrezas necesarios para trabajar con la información; buscar información, gestionarla, analizarla, evaluarla y luego crear nueva información y difundirla.
- Competencia tecnológica : es el manejo de las herramientas que la tecnología nos ofrece como ordenadores, dispositivos móviles, cámaras digitales, e-books, GPS, entre tantas otras cada día más sofisticadas que nos rodean y de las cuales se adquiere cierta dependencia. Cuando se aprende a utilizarlas (con manual o con el propio uso), estamos desarrollando la competencia tecnológica, la cual sería más provechosa si explotáramos al máximo los usos que tal herramienta tecnológica nos ofrece.
- Alfabetizaciones múltiples : Las alfabetizaciones múltiples deben favorecer la lectura de otros códigos, la elaboración de mensajes, la posibilidad de construir conocimiento y de apropiarnos de él. Hoy existen múltiples lenguajes que implican nuevas formas de alfabetización, no solo el lenguaje oral o escrito, existen así la oralidad, gestualidad, el lenguaje del cómic, del grafiti, del video, de la fotografía, entre tantos. El estar alfabetizado permite al individuo el desempeño pleno de su ciudadanía – ser capaz de informarse, relacionarse con otros, tomar decisiones, resolver problemas, aprender y desarrollar su personalidad.
- Competencia cognitiva genérica : Ante la gran cantidad de fuentes de información, esta competencia nos permite poder discriminar, ser críticos y selectivos para convertir la información en conocimiento.
- Ciudadanía digital : Preparación para vivir en un mundo donde lo real y lo virtual o en línea se confunden, la educación para ser ciudadanos críticos, libres, integrados, capaces de vivir con normas y estándares de conducta elevados, no sólo en la sociedad sino también en las redes sociales. Respeto por la legalidad y conocimiento de derechos como ciudadanos digitales,
¿Qué es un ciudadano digital y tres valores que debe cumplir?
Valores de la ciudadanía digital – La ciudadanía digital puede aplicarse a dos áreas distintas de la vida:
La educación digital. Mediante el uso de Internet y las TIC para la alfabetización digital y el desarrollo de las competencias digitales, para reducir la brecha entre los distintos ciudadanos de una nación. Participación digital. Que es la facilitación de los trámites burocráticos, políticos, sociales o legales del Estado, empleando para ello la capacidad de las TIC, procurando hacer de ellas un uso responsable.
Así, la ciudadanía digital asume como propios los valores de la democracia, aplicados al ámbito de las TIC: seguridad, transparencia, ética, legalidad e inclusión.
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¿Cuáles son los 3 tipos de ciudadanía?
La ciudadanía según Marshall se habría desarrollado en tres fases: civil, político y social.
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¿Como debe ser un ciudadano en la actualidad?
Ciudadanía y participación – COMENZAMOS PENSANDO EN LA CIUDADANÍA CON VARIAS PREGUNTAS ¿Qué es la ciudadanía? Del mismo modo que otros términos que hemos trabajado en el #FaroDemocrático, la idea de ser ciudadano o ciudadana es un concepto que surgió muchos años atrás. Se usaba en la antigüedad para distinguir a quienes pertenecían a la comunidad política -los ciudadanos- del resto de personas que no tenían plenitud de derechos civiles y políticos.
- Los pensadores de esa época, entre ellos Aristóteles, pensaban que las mujeres, los esclavos y los extranjeros no eran ciudadanos.
- La ciudadanía era sólo para unas pocas personas y entrañaba una cierta visión elitista del ser ciudadano.
- Era considerada un privilegio para unos pocos.
- Entonces desde aquellos tiempos los pensadores pretendían definir qué era la ciudadanía, y hasta la fecha los y las autoras sobre el tema no logran ponerse de acuerdo.
En la Grecia antigua, el concepto de ciudadanía daba cuenta del vínculo entre el individuo y el Estado, que otorgaba al ciudadano un estatus superior al resto de las personas. Esa condición se daba únicamente a los varones libres que contaban con cierta riqueza y que habían nacido o se habían naturalizado en la polis.
- Los ciudadanos tenían libertades, derechos y obligaciones.
- Las libertades y derechos incluían la posibilidad de hablar y votar en la asamblea, ejercer funciones públicas, participar de la actividad religiosa, contar con la protección de la ley, tener beneficios sociales, poseer tierra, entre otras.
- Las obligaciones se referían a las tareas que los ciudadanos debían desempeñar a favor de la polis y que no se limitaban a la participación política, sino que abarcaban otros asuntos públicos, en particular, el de pagar impuestos y defender a la comunidad.
El estatus de ciudadanía podía perderse cuando se había cometido una falta contra la comunidad o contra su honor, por ejemplo, al no pagar los impuestos, al robar, al desertar, al abandonar el campo de batalla, o al haber maltratado a sus padres. El perder la ciudadanía suponía quedarse sin el amparo de la ley, dado que implicaba la pérdida de derechos como por ejemplo asistir al ágora (o plaza pública), la imposibilidad de ser testigo en un juicio, de estar en el ejército, de asistir a los servicios religiosos o de hacer testamentos. La Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano reconocía únicamente a los varones y dejaba fuera de la comunidad a las mujeres. Por ello, en 1791, Olympe de Gouges proclamó la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana.
La Declaración se convirtió en uno de los textos más importantes en la historia de la lucha por el reconocimiento de los derechos de las mujeres. Por sus ideas y por la crítica a la dictadura derivada del movimiento revolucionario, Olympe de Gouges fue guillotinada en 1793. La Roma antigua mantuvo algunas de estas características, como la igualdad ante la ley de los que eran ciudadanos o la participación en los asuntos públicos.
Sin embargo, la ciudadanía romana era menos excluyente que la griega, pues los romanos, un imperio conquistador, era más abierto a los extranjeros, a quienes les ofrecía una ciudadanía de segunda categoría. Es decir, las ciudadanas y ciudadanos de los territorios conquistados no podían participar en las decisiones públicas, aunque contaban con la protección de la ley, podían suscribir contratos e, incluso, casarse con los romanos.
- Todo ello permitió una integración paulatina y la expansión de la cultura romana y de su imperio por las costas del Mediterráneo.
- Algunas de las ideas de los griegos y romanos están vigentes en la actualidad, pues seguimos considerando que la ciudadanía está asociada con la pertenencia a una comunidad y con la libertad de actuar dentro de la ley y de buscar su protección.
La visión moderna de ciudadanía surgió de la Revolución francesa y se plasmó en la Declaración Universal de los Derechos del Hombre y del Ciudadano, adoptada en 1789, que reconoció que los derechos de los hombres eran naturales, inalienables y sagrados, y que todos los hombres nacían libres e iguales.
De esta manera, las ideas antiguas de el ser ciudadano como la membresía a una comunidad fueron complementadas con la ampliación del reconocimiento de esos derechos a un mayor número de personas. Desde el siglo XVII los pensadores contractualistas explicaron el origen de la autoridad, la razón por la cual creamos al Estado, el modo en que protegemos los derechos humanos y cómo adquirimos la condición de ciudadanía a partir del “contrato social”, es decir, el acuerdo real o hipotético que se realiza al interior de un grupo social y mediante el cual se acuerdan las reglas de convivencia y las leyes a las que se someten los miembros de esa comunidad.
La metáfora del contrato social ha sido desarrollada por diversos autores como J ean-Jacques Rousse au, John Locke o Thomas Hobbes, quienes lo pensaron como un pacto original entre sujetos libres para someterse a un régimen común. Si bien hay diferencias entre estos tres pensadores, la esencia del pensamiento contractualista es que entregamos nuestra libertad y decidimos convivir en una comunidad.
- Esa es la idea clave de esta metáfora que ha tenido un importante efecto en la construcción de las sociedades modernas.
- Para vivir en sociedad, entonces, los seres humanos acordamos un contrato (o pacto) implícito que nos otorga ciertos derechos a cambio de abandonar la libertad de la que disponemos antes de suscribir el pacto (es decir, en lo que denominaban el estado de naturaleza).
Siendo así, los derechos y los deberes de los individuos constituyen las cláusulas del contrato social, en tanto que el Estado es la entidad creada para hacer cumplir el contrato. Del mismo modo, los seres humanos pueden cambiar los términos del contrato si así lo desean; los derechos y los deberes no son inmutables o naturales. Una de las principales pensadoras feministas de la que tenemos noticias fue Marie de Gournay quien escribió en 1622 (30 años antes que Thomas Hobbes lo hiciera con El Leviatán, el cual ha sido considerado el primer gran tratado del iusnaturalismo y contractualismo moderno) que la igualdad natural era entre todos los individuos, hombres y mujeres y, por lo tanto, deslegitimaba cualquier autoridad natural, dominio o poder magistral de unos sobre los otros (Serret, 2008: 17),
- Las democracias modernas que surgieron en el siglo XIX reconocían derechos de ciudadanía, en un primer momento, a todos los varones.
- Del mismo modo que pensaban que el contrato social se había hecho únicamente entre varones.
- Poco a poco, la diversidad de las sociedades y el reconocimiento de los derechos políticos como parte de los derechos humanos se otorgaron de manera formal a todas las personas, sin importar su género, pertenencia a grupos sociales, económicos, ideológicos y religiosos.
Y, a pesar de ese reconocimiento formal a la igualdad en el acceso de esos derechos, en la práctica, el ejercicio efectivo fue limitado para algunos grupos. El relato teórico de la ciudadanía ha invisibilizado el hecho de que las mujeres han estado excluidas de manera efectiva de los procesos políticos (recordemos, por ejemplo, lo que tardaron en conseguir el derecho al voto).
Desde que se inició la discusión moderna sobre la ciudadanía, las mujeres han estado excluidas. De ahí los planteamientos de Olympe de Gouges o John Stuart Mill, A pesar de la consistencia de estos reclamos, para gran parte del pensamiento político y filosófico el conflicto de género en torno a los derechos de ciudadanía no ha existido o bien, consideró que sólo había sido una rabieta de unas cuantas mujeres que no parecían entender que sus derechos estaban contenidos en la noción más general de seres humanos (Lois y Alonso, 2016: 61).
Olympe de Gouges fue clara en sus planteamientos al redactar la Declaración de los Derechos de la Mujer y la Ciudadana. Para ella, las mujeres y los hombres eran iguales en todos los aspectos de la vida pública y privada, incluyendo la igualdad de la mujer con el hombre en el derecho a voto, en el acceso al trabajo público, a hablar en público de temas políticos, a acceder a la vida política, a poseer y controlar propiedades, a formar parte del ejército; incluso a la igualdad fiscal así como el derecho a la educación y a la igualdad de poder en el ámbito familiar y eclesiástico.
- Sostenía que “Si la mujer puede subir al cadalso también se le debería reconocer el derecho de poder subir a la Tribuna”.
- Desde los tiempos de Olympe de Gouges, muchas otras mujeres cuestionaron la exclusión y discriminación de las mujeres en la vida pública.
- Sin embargo, tradicionalmente estas ideas han estado invisibilizadas.
Por ejemplo, la noción sociológica de ciudadanía más extendida ha sido la que desarrolló Thomas Marshall en su obra clásica llamada Citizenship and social Class publicada en 1950, para quien la ciudadanía es aquel estatus que se concede a los miembros de pleno derecho de una comunidad.
- Sus beneficiarios son iguales en cuanto a los derechos y obligaciones.
- En su argumento básico sostuvo que la ciudadanía habría evolucionado a lo largo del tiempo a través de la creciente adquisición de derechos como una especie de marcha por etapas: los siglos XVIII (Derechos Civiles); siglo XIX (Derechos Políticos) y siglo XX (Derechos Sociales) y describió cómo esa evolución histórica de la ciudadanía y de los derechos se manifestaba entonces en derechos civiles, políticos y sociales.
¿CÓMO HA EVOLUCIONADO LA CIUDADANÍA? Kimine-kkk. Creative Commons.15 de mayo de 2017.2’31”.
La ciudadanía moderna para Marshall era un status que atribuye derechos y deberes a los nuevos grupos sociales que emergen con el desarrollo de una nueva sociedad industrial desde mediados del XVII. Según Marshall el individuo no es sólo portador de derechos, sino de deberes sociales con su comunidad y es eso lo que hace posible el ejercicio de sus derechos.
En la actualidad, ser ciudadana o ciudadano significa ser miembro pleno de una comunidad, tener los mismos derechos que los demás y las mismas oportunidades de influir en el destino de la comunidad, asimismo supone obligaciones que es lo que hace posible el ejercicio de los derechos. La ciudadanía se manifiesta (se hace posible) a partir de tres dimensiones diferenciadas.
Siguiendo a Marshall, primero, por pertenecer a una comunidad que es fuente de identidad colectiva (nacional). Segundo, por la capacidad que tenemos de ser agentes participantes y decisorios en las instituciones políticas. Tercero, porque supone cierto estatus legal.
Las tres dimensiones -que se presentan interrelacionadas entre sí en el mundo real- han sido destacadas como claves por diferentes corrientes filosóficas como el comunitarismo, el republicanismo y el liberalismo (Lois y Alonso, 2016: 61). Esta visión multidimensional de la ciudadanía se encuentra constantemente desafiada por los cambios que se están dando en las últimas décadas respecto a la distinción entre esfera pública y privada, los efectos de la globalización y las ciudadanías cosmopolitas, las crisis europeas del Estado de Bienestar o el creciente pluralismo y diversidad de las sociedades.
Todos estos elementos ponen en discusión constantemente el concepto de ciudadanía. Por ejemplo, en relación a la distinción entre espacio público y espacio privado, la revisión histórica evidencia cómo diversos grupos han tenido acceso desigual a los derechos de ciudadanía y cómo la filosofía se ha olvidado de explorar lo que ocurría en el espacio privado (quién se hacía cargo, cómo, para quién). Las mujeres tuvieron que luchar en contra de la exclusión y discriminación de las que fueron víctimas. A finales del siglo XIX y a inicios del siglo XX el movimiento de las sufragistas exigía el reconocimiento de los derechos civiles y políticos plenos de las mujeres en diversos países y continentes.
Una de las críticas más agudas a la idea de “contrato social” la hizo la teórica política británica Carole Pateman, para quien el “contrato social” de los contractualistas, creada por los hombres y pensada para los hombres, resulta más bien una “historia de sujeción” y, con ello, la sumisión de las mujeres a ese dominio de los hombres.
Esto da cuenta de cómo el derecho de los hombres sobre las mujeres se establece a partir de un pacto. Ese momento primigenio de hermandad entre hombres, de separación de las esferas civil y privada y de exclusión de las mujeres de la primera mediante un contrato especial, el del matrimonio, por el cual ellas quedaban reducidas a la vida doméstica y los hombres como cabeza de familia (Lois y Alonso, 2016: 63). “Los primeros relatos hablan de que la vida social estaba gobernada por el derecho materno, la descendencia era matrilineal y muchas sociedades matriarcales. ¿Por qué fue destronado el derecho materno? ¿Cuál fue el significado del triunfo del derecho paterno? ().
- La familia, con la autoridad del padre a la cabeza, brindó el modelo y la metáfora de las relaciones de poder y autoridad de todo tipo.
- La sociedad política emergió a partir de la familia patriarcal e identificó la victoria del padre con el origen de la civilización ().
- El patriarcado fue así un triunfo social y cultural.
El reconocimiento de la paternidad fue interpretado como el ejercicio de la razón, un avance necesario para sentar las bases del surgimiento de la civilización, todo lo cual fue tarea de los hombres ()”. Extracto del famoso libro El Contrato Sexual de Carole Pateman.
Pateman lo denominó “contrato sexual” porque está basado en la idea de que la libertad de los varones y la sujeción de las mujeres se crea a través de ese contrato original y de que “la libertad civil no es universal; es un atributo masculino y depende del derecho patriarcal (). El contrato es el medio a través del cual el patriarcado moderno se constituye”.
Esta idea crítica da cuenta de la ficción normativa existente en la idea de contrato social, que evidencia un cierto voluntarismo igualitarista de la diversidad de aspiraciones, necesidades y cargas sociales cuando en la práctica excluye a todos y todas aquellas que no se ajustan a una idea homogénea de sujeto ideal (Lois y Alonso, 2014: 63).
Precisamente, uno de los aportes principales de la teoría feminista a la teoría política ha sido la de identificar el sesgo de una ciudadanía entendida como algo propio de la esfera pública, oponiéndose a la esfera privada, lo familiar y lo doméstico. La mujer siempre estuvo vinculada también con la historia de la lucha obrera.
Uno de los primeros hitos conocidos en América Latina sucedió en 1881, cuando maestras realizaron una huelga por falta de pago durante ocho meses en la provincia de San Luis en Argentina. Entre 1896 y 1899 existió además un periódico llamado “La voz de la mujer”, encabezado por Virginia Bolten, que invitaba a las mujeres a rebelarse contra la opresión masculina. Como sostiene la feminista española y precursora del ecofeminismo, Alicia Puleo, el derecho civil (patriarcal) fue descuidado por la teoría política del siglo XX que olvidó el ámbito privado y aceptó la falsa neutralidad sexual de las categorías de individuo y contrato, impidiendo que se perciba la vinculación de las esferas pública y la doméstica.
Según Alicia Puleo, “el trabajo asalariado o la actividad política, con sus jornadas agotadoras, dan por supuesta la existencia de amas de casa ocupadas en las tareas, Si las mujeres reciben menor salario es porque se las considera fundamentalmente esposas que ganan un “complemento” al sueldo del varón proveedor, si tienden a elegir contratos a tiempo parcial para compatibilizar el trabajo doméstico y asalariado es porque tienen conciencia de su posición en una estructura que les asigna las tareas del hogar; si sufren acoso sexual o discriminación laboral se debe a que entran en el mercado no como meros individuos asexuados, sino como mujeres”.
Publicado en el El País, “El Contrato Sexual”, el 4 de noviembre de 2006. En ese sentido, la mitad de la población -las mujeres- ha tenido una situación histórica de exclusión de los derechos, viviendo en un sistema caracterizado por la vigencia de un contrato patriarcal y por la desigualdad estructural,
Qué significa ser un buen ciudadano digital. José Antonio Luengo
Esa desigualdad se manifiesta como sostiene el constitucionalista argentino Roberto Saba en la existencia de prácticas sociales, prejuicios y sistemas de creencias que hacen que haya grupos en “situación sistemática de exclusión”, donde aunque no existen reglas formales (leyes) que impiden el ejercicio de los derechos o el acceso a las instituciones, hay personas que por el hecho de pertenecer a esos grupos (mujeres, indígenas, personas con discapacidad, migrantes, u otros grupos) enfrentan barreras mayores que dificultan su acceso y ejercicio pleno de los derechos.
La ciudadanía es un concepto muy antiguo: ya en Grecia y Roma antigua se llamaba ciudadanos a las personas que eran miembros de una comunidad política. En la antigüedad, la ciudadanía era excluyente para las mujeres, los esclavos y los extranjeros. Ser ciudadana o ciudadano significa ser miembro pleno de una comunidad, tener los mismos derechos que los demás y las mismas oportunidades de influir en el destino de la comunidad. También supone el cumplimiento de una serie de deberes y obligaciones vinculados a esos derechos. A pesar de la existencia de derechos a nivel formal para la mayoría de ciudadanos y ciudadanas, aún hay problemas para hacer efectivos muchos derechos por condiciones de desigualdad estructural.
El concepto de ciudadanía se refiere a las personas que son miembros de una comunidad y que tienen derechos plenos. Pero, ¿qué significa eso? ¿Qué significa tener derechos? Todas y todos sabemos que tenemos derechos y eso nos da la sensación de cierta protección.
Intuimos que tener derechos es algo bueno y algo que nos da herramientas para hacer cosas o para defendernos. Los derechos son otro de los conceptos que usamos y valoramos, pero que no nos es fácil definir y muchas veces ni siquiera conocemos bien. El hecho de que conozcamos los derechos que tenemos nos lleva a empoderarnos, es decir, a fortalecer nuestras capacidades, confianza, visión y protagonismo para impulsar cambios positivos en nuestro entorno.
La literatura sobre el tema nos da muchas definiciones diferentes de lo que es un derecho. Una de las clásicas, de Rudolf Von Iheri ng, señala que un derecho es un interés jurídicamente protegido. Es decir, que este reconoce la posibilidad y el interés de las personas en actuar y protege esas acciones frente a los demás.
Nos estamos aproximando a una definición que corresponde con nuestra intuición, aunque aún tenemos varios problemas por resolver: ¿Todos nuestros intereses están protegidos por la ley? ¿Quién determina qué intereses protegerá la ley? ¿Quiénes tienen esos derechos? Por supuesto, no es cierto que cualquier interés y cualquier acción serán protegidos por la ley.
La delimitación de cuáles lo serán depende de la concepción de justicia, de moral y de los valores que tenga una sociedad. La evolución de nuestra civilización es precisamente la historia de la ampliación de este catálogo de derechos. En este Módulo de #FaroDemocrático veremos cómo las democracias han ido protegiendo cada vez más derechos: desde los derechos civiles y políticos básicos (como la libertad de expresión, de conciencia, de asociación, de poder votar), luego los derechos económicos y sociales (como la salud, seguridad social, el acceso a la cultura, al medioambiente sano) hasta los nuevos derechos (como el acceso a Internet, a la identidad y reputación digital o a las garantías frente a la manipulación genética).
Podríamos decir que la ampliación de los derechos se relaciona con la evolución de las sociedades que, con el paso de tiempo, abandonaron las visiones tradicionales de la preeminencia de la comunidad por encima de las personas y adoptaron una perspectiva moral que le dio al individuo el lugar central en los valores colectivos.
Sin duda esta fue una conquista del individualismo, de las ideas que otorgan primacía al individuo respecto a la colectividad, De ahí el reconocimiento paulatino de los derechos necesarios para lograr el desarrollo integral de cada persona en un mundo cada vez más complejo, con muchas más interconexiones y más avanzado tecnológicamente.
Por supuesto, no es cierto que cualquier interés y cualquier acción serán protegidos por la ley. La delimitación de cuáles lo serán depende de la concepción de justicia, de moral y de los valores que tenga una sociedad. La evolución de nuestra civilización es precisamente la historia de la ampliación de este catálogo de derechos.
En este Módulo de #FaroDemocrático veremos cómo las democracias han ido protegiendo cada vez más derechos: desde los derechos civiles y políticos básicos (como la libertad de expresión, de conciencia, de asociación, de poder votar), luego los derechos económicos y sociales (como la salud, seguridad social, el acceso a la cultura, al medioambiente sano) hasta los nuevos derechos (como el acceso a Internet, a la identidad y reputación digital o a las garantías frente a la manipulación genética). Podríamos decir que la ampliación de los derechos se relaciona con la evolución de las sociedades que, con el paso de tiempo, abandonaron las visiones tradicionales de la preeminencia de la comunidad por encima de las personas y adoptaron una perspectiva moral que le dio al individuo el lugar central en los valores colectivos.
Sin duda esta fue una conquista del individualismo, de las ideas que otorgan primacía al individuo respecto a la colectividad, De ahí el reconocimiento paulatino de los derechos necesarios para lograr el desarrollo integral de cada persona en un mundo cada vez más complejo, con muchas más interconexiones y más avanzado tecnológicamente.
¿Quiénes tienen los derechos? La respuesta a esta pregunta también fue diferente en los distintos momentos de desarrollo de nuestras sociedades. Poco a poco se fue ampliando el catálogo de las personas a quienes se les reconocía como integrantes de la comunidad y a quienes se les otorgaban derechos.
- Primero, los derechos se les otorgaron a todos los varones, mayores de edad, que eran libres y contaban con un determinado nivel de ingresos o recursos.
- Después los requisitos relacionados con la riqueza personal se fueron eliminando y con la abolición de la esclavitud todos los varones fueron libres.
Los siguientes pasos fueron el reconocimiento de los derechos de las mujeres y de las personas pertenecientes a ciertos grupos, como minorías (étnicas o religiosas), de la diversidad sexual, personas en situación de migración o en otras situaciones de vulnerabilidad.
Las sociedades modernas, conscientes cada vez más de la importancia de la protección de los derechos, fueron no sólo reconociendo los derechos de las personas pertenecientes a grupos previamente excluidos (mujeres, indígenas, afros, minorías étnicas, personas con discapacidad o pertenecientes a grupos de diversidad sexual), sino que fueron adoptando mecanismos especiales y adicionales para otorgar a todas y todos las oportunidades reales de ejercerlos.
AN UNSUNG HERO OF THE CIVIL RIGHTS MOVEMENT Cristina Greer. s/f. TEDTalk.2’01”.
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¿Cuál es la importancia de ser un ciudadano?
Una democracia se hace con ciudadanos, y para formar ciudadanos, es una responsabilidad de la familia, la sociedad y el Estado, para que pueda conocer tanto sus derechos como sus deberes, al formar parte de un Estado social de derecho con democracia participativa, resolver los conflictos de manera pacífica y tomar
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¿Qué es la ciudadanía digital en pocas palabras?
La ciudadanía digital puede definirse cómo las normas de comportamiento que conciernen al uso de la tecnología. Estas normas se organizan en 9 áreas generales de comportamiento que tratan de recoger toda la complejidad del concepto y las implicaciones derivadas del buen y mal uso de la tecnología.
- Netiqueta : (etiqueta) estándares de conducta o manera de proceder con medios electrónicos.
- Comunicación : intercambio electrónico de información.
- Educación : el proceso de enseñar y aprender sobre tecnología y su utilización.
- Acceso : participación electrónica plena en la sociedad.
- Comercio : compraventa electrónica de bienes y servicios.
- Responsabilidad : responsabilidad por hechos y acciones en los medios electrónicos.
- Derechos : las libertades que tienen todas las personas en el mundo digital.
- Ergonomía : bienestar físico en un mundo tecnológico digital.
- Riesgo : (auto protección): precauciones para garantizar la seguridad en los medios electrónicos
https://flic.kr/p/cCJFgS // CC BY-SA
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¿Cómo protegernos como ciudadanos digitales?
Medidas de prevención para Internet –
Ser disciplinado en el uso del Internet. Mantener comunicación con familiares (padres, hijos, amigos, maestros, etc.). Tener el internet (equipo de computo) en un lugar común dentro de la casa. Clasificar correos (usuarios conocidos y desconocidos) Ingresar a chats conocidos y clasificados. Utilizar el internet como forma de cultura mundial o medio de información. Utilizar moderadores en línea, (persona que clasifica el texto moderado). No proporcionar información de tipo personal o familiar.